Londonderry.- Los soldados británicos que
mataron a 13 manifestantes católicos en Irlanda del Norte durante el ”domingo
sangriento” de 1972 cometieron una masacre ”injustificada e injustificable”
de personas desarmadas e inocentes y luego mintieron sobre los hechos, sostuvo
una comisión investigadora al cabo de 12 años de pesquisas.
Un millar de habitantes de Londonderry aplaudieron, se abrazaron y lloraron
frente a la municipalidad al escuchar la lectura del veredicto en vivo en una
pantalla gigante.
Durante 38 años habían luchado para que se limpiara el buen nombre de las
víctimas (calificadas de pistoleros del Ejército Republicano Irlandés) y se
proclamara la culpa de los soldados.
”Injustificado e injustificable. Son las palabras que esperábamos escuchar
desde el 30 de enero de 1972”, dijo Tony Doherty, hijo de una víctima del
domingo sangriento.
Decenas de parientes hablaron de la inocencia de sus seres queridos mientras
la pantalla mostraba retratos en blanco y negro de los 13 muertos y 15 heridos.
”Las víctimas del domingo sangriento han sido reivindicadas y los soldados
del regimiento de paracaidistas han caído en desgracia. ¡Que les quiten sus
medallas!”, dijo Doherty.
En Londres, el primer ministro británico David Cameron dijo que la investigación,
basada en declaraciones de 921 testigos, dos mil 500 declaraciones escritas y
60 tomos de documentos, demostraba que los disparos a una multitud que
protestaba por el encarcelamiento sin juicio de sospechosos del IRA fueron
”injustificados e injustificables”.
Cameron ofreció disculpas en nombre del gobierno británico y resumió las
conclusiones del juez, lord Saville: no se debió haber ordenado a los soldados
que enfrentaran a los manifestantes, ellos dispararon a personas desarmadas que
huían o que ayudaban a heridos indefensos.
Ninguno de los muertos o heridos ese día en Londonderry significaba una
amenaza para los soldados.
La investigación, autorizada por el entonces primer ministro Tony Blair en
1998 como parte de las negociaciones que culminaron con el acuerdo de paz del
Viernes Santo, debía costar 11 millones de libras y culminar en 2002, pero se
prolongó y terminó costando 200 millones de libras (290 millones de dólares).
Los gobiernos británico, irlandés y estadounidense declararon que la
investigación serviría para cerrar las heridas de un conflicto de cuatro
décadas que dejó tres mil 700 muertos. El domingo sangriento generó apoyo al
IRA, que aceptó un cese de fuego en 1997 después de matar a mil 800 personas