Ciudad de México.- La familia de la niña guatemalteca de 7 años que murió en custodia de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos ha refutado la afirmación de las autoridades estadounidenses de que la menor no había comido ni tomado agua por días.
En una declaración difundida por abogados, los padres de Jakelin Caal dijeron que la niña sí había comido y tomado agua, y al parecer estaba bien de salud cuando viajó por México con su padre, Nery Gilberto Caal Cuz, de 29 años, hasta la frontera con Estados Unidos. Según la familia, Jakelin nunca caminó por el desierto durante días antes de que se la llevaran en custodia.
Tekandi Paniagua, cónsul guatemalteco en Del Rio, Texas, dijo a The Associated Press que ya conversó con el padre de la niña. De acuerdo con el cónsul, Nery Caal le contó que fue dejado con un grupo de inmigrantes en una zona en México en la que tendrían que caminar unos 90 minutos para llegar a la frontera.
Funcionarios de la Patrulla Fronteriza no habían reaccionado de momento a las aseveraciones de la familia.
La familia dio a conocer su versión el sábado en una declaración difundida en conferencia de prensa en El Paso, Texas, en un albergue para inmigrantes donde se encuentra el padre de Jakelin. La familia de la menor no asistió a la conferencia y había solicitado privacidad.
Claudia Maquin, madre de Jakelin Amei Rosmery Caal Maquin, muestra la foto de su hija desde su casa en Raxruha, Guatemala. (AP).
Jakelin y su padre deseaban solicitar asilo en Estados Unidos y formaban parte de un grupo numeroso de migrantes arrestados el 6 de diciembre cerca de un cruce fronterizo remoto en Nuevo México. Horas después fueron subidos a un autobús que los llevó a la estación más próxima de la Patrulla Fronteriza, pero Jakelin comenzó a vomitar y al final dejó de respirar. Después falleció en un hospital en Texas.
Funcionarios de la Patrulla Fronteriza dijeron el viernes que los agentes hicieron todo lo que pudieron para salvar a la niña pero la menor no había comido ni tomado agua por días. En una revisión inicial no se advirtieron indicios de algún problema de salud y el padre había firmado una forma en la que se decía que la niña estaba bien de salud, según los funcionarios.
Sin embargo, la familia señaló el detalle de que la forma estaba en inglés, idioma que el padre de la niña no habla ni lee. Él se comunicó con agentes fronterizos en español aunque habla principalmente dialecto maya q’eqchi.
“Es inaceptable que una agencia del gobierno haga firmar a personas en custodia documentos en un idioma que evidentemente no entienden”, según la declaración.