SOFÍA. El papa Francisco instó el domingo a los búlgaros a abrir sus corazones y sus hogares a los inmigrantes, afirmando que un país como Bulgaria, que está perdiendo tanta población por la emigración, debería comprender bien las fuerzas que llevan a la gente a dejar su tierra natal.
A su llegada para una visita de dos días al país balcánico, Francisco “sugirió respetuosamente” que los búlgaros reconocieran que los migrantes huyen de la guerra, el conflicto o la pobreza extrema “para encontrar nuevas oportunidades en la vida o simplemente un refugio seguro”.
El gobierno ha pedido a la UE que cierre las fronteras a los migrantes y sellado su frontera con Turquía con una cerca con alambre de espino.
Pero también está perdiendo población más rápido que ningún otro, según Naciones Unidas. Se espera que los actuales 7 millones de habitantes de Bulgaria se reduzcan a 5.4 millones para 2050 y 3.9 millones para final de siglo.
Francisco, de nacionalidad argentina, ha hecho de la situación de migrantes y refugiados uno de los temas clave de su pontificado, instando a los gobiernos a construir puentes en lugar de muros y hacer lo que puedan para recibir e integrar a refugiados que huyen de guerras y pobreza.
Su visita se produjo apenas tres semanas antes de las elecciones al Parlamento Europeo en los 28 miembros de la UE, en las que se espera que los grupos nacionalistas y antiinmigrantes logren un buen resultado.
Francisco tenía previsto visitar un centro de refugiados en una antigua escuela a las afueras de Sofía.
La visita mostrará solidaridad con los necesitados, dijo Radostina Belcheva, del Consejo de Mujeres Refugiadas en Bulgaria.