Brasilia.- En pleno acto con representantes sindicales en el Palacio de Planalto, en Brasilia, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, señaló a su predecesor, Jair Bolsonaro, de ser probable responsable de “instigar” el “intento de golpe” de Estado que llevaron a cabo sus simpatizantes más radicales a principios de enero.
A su vez, lo culpó de “mentir a la sociedad”, insistiendo en que “el pueblo tenía que estar armado para garantizar la democracia”.
“Lo que pasó aquí fue una tentativa de golpe por gente preparada. No sé si el expresidente lo ordenó, pero lo que sé es que tiene culpa porque se pasó cuatro años instigando odio”, denunció Lula en un acto con representantes sindicales en el Palacio de Planalto, en Brasilia.
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Actualmente, Bolsonaro se encuentra en Estados Unidos luego de constantes malestares en su abdomen, sin una previsión oficial sobre su regreso a Brasil; a petición de la Fiscalía General, el ex mandatario ultraderechista se halla en la lista de investigados de la Corte Suprema por “incitar” la intentona golpista del pasado 8 de enero.
Ese día, una horda de miles de bolsonaristas radicales invadió y causó graves destrozos en las sedes del Congreso, la Presidencia y el Supremo, en un intento para derrocar a Lula y devolver al poder por la fuerza a Bolsonaro.
Como respuesta, Lula da Silva llamó enseguida a todos los jefes de los poderes Legislativo y Judicial, así como a los 27 gobernadores del país, para dar una imagen de unidad frente al violento ataque a las instituciones.
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En el plano judicial, el Supremo apartó temporalmente al gobernador de Brasilia, Ibaneis Rocha, y ordenó la prisión del ex secretario de Seguridad Anderson Torres, quien fue ministro de Justicia en el Gobierno de Bolsonaro.
Lula también denunció la semana pasada que “muchos” policías y militares fueron “conniventes” con el caos generado en la capital brasileña el 8 de enero, que dejó un balance de unos 1.800 detenidos, aunque una parte ha sido liberada y responderá en libertad.
