Reino Unido. Un hombre fue sentenciado a cadena perpetua tras ser acusado de asesinar a su vecino, en Reino Unido.
William Nimmo, de 34 años, fue declarado culpable de matar a golpes a Robert, conocido como Stuart, Clelland, de 56 años, en su apartamento de Galston, East Ayrshire.
Según el juicio, Nimmo había estado tocando música y usando herramientas eléctricas en el jardín de la casa de su madre, donde se estaba quedando.
Sin embargo, se enfureció cuando el señor Clelland, un trabajador por turnos, un capataz de una fábrica de zapatos, lo confrontó por el ruido a última hora de la noche y le pidió que lo bajara.
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Nimmo reaccionó haciéndole espantosas heridas a su vecino, fracturando su cráneo, rompiendo sus costillas y causándole horribles fracturas en el rostro que acabaron con su vida.
Tras el crimen, arrastró el cuerpo de Clelland al pasillo de su casa y dejó su camioneta cerca para que pareciera que había sido asesinado durante un robo.
Clelland murió de un traumatismo por un mínimo de seis golpes en la cara y al menos cuatro golpes más en la cabeza.
Durante el juicio se le dictó cadena perpetua como lo dicta la ley, y 18 años antes de que pueda pedirse libertad condicional si llega a ser el caso.