Corea del Sur.- Yoon Suk-yeol, presidente surcoreano destituido de sus funciones, compareció este jueves 20 de febrero (horario local) ante dos tribunales en la capital del país. En uno de ellos impugnó su arresto por cargos de rebelión y en el otro se opuso al esfuerzo realizado para su proceso de destitución.
Inicialmente la seguridad se intensificó en la Corte del Distrito Central de Seúl cuando la caravana que transportaba al mandatario de 64 años llegó para una vista preliminar que incluía conversaciones sobre testigos, pruebas propuestas y otros preparativos para su juicio penal.
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El tribunal, que programó otra audiencia preliminar para marzo, también estudiaba una solicitud de los abogados de Yoon para cancelar su arresto y ponerle en libertad, pero el procedimiento no fue alentador en absoluto para el político.
Luego de esto, Yoon Suk-yeol atravesó la capital hacia la Corte Constitucional, que se encuentra cerca de tomar una decisión sobre si destituirlo formalmente de su cargo después de que fue apartado por la Asamblea Nacional.
Es preciso recordar que, el pasado 26 de enero, el presidente surcoreano fue acusado por cargos de rebelión, que conllevan una posible pena de muerte o cadena perpetua. Y es que, en Corea del Sur, los presidentes tienen inmunidad ante la mayoría de los procesos penales, pero no por cargos de rebelión o traición.
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La acusación alega que su imposición de la ley marcial en diciembre de 2024 fue un intento ilegal de cerrar la Asamblea Nacional y arrestar a políticos y autoridades electorales, aunque Yoon Suk-yeol ha negado los cargos en su contra reiteradamente.
