Estados Unidos.- La Casa Blanca sorprendió este viernes 11 de abril al exhibir un retrato del presidente Donald Trump que captura uno de los momentos más impactantes y emblemáticos de su más reciente campaña: el instante en que fue víctima de un intento de asesinato durante un mitin electoral en Butler, Pensilvania.
La pintura, que muestra al republicano con el puño en alto y el rostro manchado de sangre, ha sido reconocida como un símbolo de resistencia dentro de su campaña de 2024. Y ahora, esta imagen ocupa un lugar destacado en el Ala Este de la Casa Blanca.
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El retrato fue instalado en el gran vestíbulo, reemplazando a la pintura oficial del expresidente Barack Obama, que fue reubicada en el mismo espacio donde antes colgaba el retrato de George W. Bush. La autenticidad de la imagen fue confirmada por la propia Casa Blanca a través de sus redes sociales oficiales:
Algo de arte nuevo en la Casa Blanca.
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Contenido de Twitter
Lo llamativo del hecho no solo es el contenido de la imagen, sino también el contexto, pues la instalación del retrato se realizó sin previo aviso, rompiendo con el protocolo tradicional que rige la exhibición de retratos presidenciales. Generalmente, las imágenes de los expresidentes más recientes se colocan con un sentido de continuidad institucional, lo cual parece haberse alterado en esta ocasión.
Un funcionario explicó que Trump quería que este momento simbólico y trascendental desempeñara un papel destacado, por lo que ordenó su instalación en este punto de la Casa Blanca.
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Finalmente, se informó que la pintura original sobre lienzo fue realizada por el artista Marc Lipp y fue donada a la Casa Blanca por Andrew Pollock a través de la Galería Blue en Delray Beach, Florida.