Estados Unidos. Cuando se registra un crimen, lo primero que se desea es que se haga justicia, y para ello se pone la confianza en las autoridades, pero, ¿qué pasa cuando la justica tarda mucho en llegar?
Así sucedió en Pennsylvania, Estados Unidos, donde este jueves se dio a conocer que tuvieron que pasar 48 años para capturar a un pastor, acusado de haber asesinado a una niña.
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La víctima hace casi cinco décadas fue Gretchen Harrington, una niña de ocho años de edad, quien fue asesinada en agosto de 1975 por David Zandstra, un clérigo de 83 años de edad y que mantuvo el crimen en secreto.
Ante ello, la Policía de Pennsylvania informó que Zandstra, quien dirigía una iglesia de la religión Cristiana Reformada en la que la niña asistía a un curso bíblico de verano, fue el culpable de su muerte y desaparición.
Precisar que Zandstra era el papá del mejor amigo de Gretchen Harrington, hija de un pastor presbiteriano, por lo que hubo mayor confianza con la menor de edad.
Trasciende que el hombre en cuestión, actualmente detenido, subió a la niña a su auto y se dirigió a una zona boscosa, donde habría asesinado a la menor; la inhumó en un terreno cercano y regresó, como si nada hubiera pasado.
En aquel momento se buscó a la menor, pero fue localizado su cadáver dos meses después; se encontró también su ropa cerca de donde la enterró el pastor.
“Este es un hombre que es un predador infantil sin remordimiento, quien actuó como si fuera un amigo, un vecino y un hombre de Dios, pero resulta que mató a esta pobre niña pequeña”, señaló el fiscal de distrito Jack Stollsteimer.