Alemania.- Las autoridades en Múnich, Alemania, sospechan que el atropellamiento masivo que dejó alrededor de 30 personas heridas el pasado jueves 13 de febrero, habría sido motivado por un caso de extremismo islámico, aunque todavía se está investigando el historial del hombre detenido en la escena.
De acuerdo con la fiscal de Múnich, Gabriele Tilmann, el sospechoso dijo “Allahu Akbar” (“Dios es grande”) a la policía y luego rezó tras ser arrestado, lo que llevó a un departamento que investiga el extremismo y el terrorismo a hacerse cargo del caso de inmediato. Aunque de momento no hay evidencia de que el hombre se encuentre involucrado con algún tipo de red radical.
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Tilmann agregó que, durante el interrogatorio, el hombre de 24 años admitió haber conducido deliberadamente hacia los manifestantes y “dio una explicación que resumiría como motivación religiosa”:
(…) según todo lo que sabemos en este momento, me atrevería a hablar de una motivación islamista.
Hasta el momento el sospechoso ha sido identificado como un afgano de 24 años, quien llegó a Alemania como solicitante de asilo en 2016 y vivía en Múnich. Este fue arrestado luego de conducir su Mini Cooper hacia la parte trasera de una protesta de un sindicato en la ciudad bávara el jueves.
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Tras este incidente, el primer ministro de Baviera, Markus Söder, dijo en declaraciones para la prensa que primero hay que investigar los detalles y examinar el suceso, pero que el “modus operandi” es similar al de otros ataques deliberados, por lo que presumiblemente se trata de un “atentado”.
