Ucrania. Un ataque masivo con misiles lanzado por Rusia el pasado domingo dejó al menos ocho muertos, entre ellos un niño, y 10 personas heridas en la ciudad de Sumi, ubicada en el noreste de Ucrania. La ofensiva, que impactó una zona residencial densamente poblada, también causó importantes daños a la infraestructura energética del país. Esta acción forma parte de una campaña más amplia dirigida a destruir elementos clave de la infraestructura ucraniana, especialmente aquellos vinculados a la energía.
Según la fiscalía regional, el ataque en Sumi fue solo el comienzo de una jornada de intensos bombardeos. Horas más tarde, Rusia continuó su ofensiva, lo que resultó en al menos 11 muertes adicionales y más de 20 heridos. Las autoridades ucranianas informaron que las instalaciones eléctricas del país fueron gravemente afectadas, lo que ha obligado al gobierno a implementar restricciones de emergencia en el consumo de electricidad en todo el territorio nacional.
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El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, calificó este ataque como uno de los más devastadores desde el inicio de la invasión rusa en 2022. Durante esta jornada, Rusia lanzó un total de 120 misiles y 90 drones, con el objetivo de desmantelar las infraestructuras energéticas del país. Sin embargo, el portavoz de la Fuerza Aérea ucraniana, Yuri Ignat, destacó que las fuerzas de defensa de Ucrania lograron interceptar 144 de los proyectiles rusos.
En respuesta al impacto, el gobierno de Kiev anunció que se implementarían medidas de emergencia a partir del lunes debido al daño irreparable sufrido por la red eléctrica nacional. El Ministerio de Energía de Ucrania explicó que las instalaciones afectadas no solo disminuirían la capacidad de suministro de electricidad, sino que también obligarán a la población a reducir su consumo.
El ataque forma parte de una estrategia más amplia de Moscú para debilitar la capacidad económica y militar de Ucrania, centrando sus esfuerzos en las infraestructuras clave. Desde el inicio del conflicto en febrero de 2022, Rusia ha centrado sus ataques en la destrucción de la infraestructura energética ucraniana.