Reino Unido.- Snapchat es la red social que puso de moda los filtros animados y las Stories, pero de un simple pasatiempo divertido, ahora está siendo utilizada para vender imágenes explícitas y videos a través de Internet, esto de acuerdo con una investigación del programa de Victoria Derbyshire de la BBC.
Una de estas jóvenes, Jodie, de 26 años asegura que gana más de 5 mil dólares al mes utilizando la aplicación. pero confiesa que tiene un alto costo para su vida personal ya que ha sufrido abusos por medio de la red social.
“Es como quien canta y organiza un concierto, o como los artistas que venden sus propios cuadros. Yo vendo fotos y videos de mí”.
Jodie se refiere a sí misma como una “chica Snapchat Premium”. Por una tarifa mensual -de entre 25 y 250 dólares, envía a sus suscriptores fotos y videos sexualmente explícitos a través de la aplicación.
Snapchat elimina y bloquea contenido explicito cuando lo localiza, pero esta chica lleva haciendo esta actividad desde hace casi tres años.
Promociona sus servicios en otras redes sociales, como Twitter, Facebook e Instagram y dice que es muy cuidadosa a la hora de comprobar si la cuenta pertenece realmente a una persona antes de aceptarla.
Asi como ellas hay muchos usuarios que se dedican a comercializar contenido sexual a través de esta red social promocionándola desde otras redes sociales alternativas.
Las consecuencias
Las consecuencias no se han dejado esperar, las redes sociales han castigado a la joven con comentarios ofensivos que le envían algunas personas que se oponen a su forma de ganarse la vida.
“La gente me llama prostituta y ese tipo de cosas. Y eso me molesta”, explica.
A los 20 minutos de grabar una entrevista televisada para el programa de Victoria Derbyshire, recibe un mensaje de un hombre con quien nunca ha hablado que dice lo siguiente:
“Eres una guarra. Eres hermosa, no me malinterpretes, pero es una pena que vendas tu cuerpo y tus fotos. Lamentablemente, no hay moral en este mundo”.
Todos los días a cada hora recibe este tipo de comentarios en sus redes sociales.
“Esta noche mi amiga me dirá: ‘¿Cómo fue la grabación?’ Y después me derrumbaré”, declara. Sin embargo, no se arrepiente de lo que hace: “Era miserable en mi trabajo de oficina… y me encanta ganar dinero”.
Sus cerca de 40 suscriptores le piden material adicional por lo que su trabajo se ha convertido de tiempo completo.
Acerca del material que ofrece, este puede variar desde un sencillo baile erótico o striptease, hasta un video de ella masturbándose.
Los abogados dicen que vender ese tipo de contenido no viola la ley, a menos que lo haga un menor de 18 años o se trate de material especialmente depravado.
Desde la emisión del programa de Victoria Derbyshire en el que se habló de esta cuestión en Instagram, la red social ha bloqueado todos los hashtags de su plataforma asociados a Premium Snapchat, la etiqueta que usaba la gente para dar a conocer sus servicios en la aplicación.
En un comunicado, representantes de la red social Snapchat informaron que “Las cuentas que distribuyen contenido pornográfico de manera privada están abusando intencionadamente de los servicios de nuestra plataforma”.
El costo personal
Jodie entiende Snapchat como un entorno seguro para ganar dinero y dice que no necesita en ningún momento conocer a sus clientes.
“No soy una acompañante. Me han ofrecido miles de dólares por encontrarme con hombres y he dicho que no”, explica.
Pero admite que también le ha pasado factura en su vida personal. Lleva meses sin tener pareja y dice que muchos hombres le juzgan.
“No quieren tener citas conmigo cuando les explico mi trabajo, y si lo hacen es por las razones equivocadas”.
Admite que a su familia le preocupan las repercusiones que pueda haber a largo plazo. Jodie les permite a los suscriptores que pagan 250 dólares al mes guardar en sus celulares el material que les envía. Eso significa que pierde el control de ese contenido al no saber de qué manera pueden utilizarlo.
Jodie dice que seguirá vendiendo material sexual en Snapchat “hasta que ya no me resulte conveniente” pues argumenta que esto le permite tener un estilo de vida más flexible. Sin embargo, el lado negativo de su actividad lo refleja:
“Cuando la única atención que recibes como mujer son comentarios sexuales pidiendo que muestres tus pechos o te pongas en ropa interior, te puedes sentir muy mal”, declara. “A veces me hacen llorar. Es muy triste”.