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China.- Un alto funcionario de salud en China, alertó que el último brote de COVID-19 en el país de Asia Oriental está avanzando con rapidez.
Ante ello, elementos de seguridad han exigido que en los puertos de ingreso se efectué una alta vigilancia, esto luego de que se diera un incremento de infecciones en una ciudad fronteriza situada al noroeste. La cual fue provocada por la llegada del virus desde el extranjero.
El país a encarado una secuencia de brotes durante este año, seguido de su continencia de contagios a nivel nacional que se dio a principios del año 2020.
Los datos indican que sus números se sitúan por debajo en contraste con los brotes fuera del país soberano.
Entre tanto, china ha sostenido su tolerancia en cero, dado a que la vigilancia en áreas fronterizas y puertos se ha reforzado con el propósito de evitar una propagación de virus a los lugareños.
“En los últimos 14 días, 14 áreas provinciales han reportado nuevos casos de transmisión local o portadores asintomáticos”, informó el pasado sábado, Mi Feng, el portavoz de la CNS.
El brote se está desarrollando todavía con rapidez y la situación de control del virus es grave y complicada” añadió.
Una localidad de aproximadamente 1.3 millones de habitantes ubicada en el rio chino del río Amur, en la frontera con Rusia, Heihe, notificó el pasado 29 de octubre 26 casos positivos, un fuerte crecimiento a tan solo solo un día, ya que el 28 eran tan solo nueve casos.
“El brote ha expuesto la laxitud mental de algunas autoridades locales”, mencionó otro funcionario de la CNS, de nombre Liangyou.
