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México.- En diciembre de 2010, la Asamblea General de Naciones Unidas, proclamó el 24 de marzo como el Día Internacional del Derecho a la Verdad en relación con Violaciones Graves de los Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas; siendo esta fecha un homenaje a la memoria de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, quien fue asesinado el 24 de marzo de 1980 y en vida denunció activamente las violaciones de los derechos humanos de las personas más vulnerables de El Salvador.
¿Cuáles son los objetivos de dicha celebración?
Si bien esta fecha puede relacionarse con todo aquello que esté vinculado a la defensa de la verdad y los derechos humanos, se han enmarcado unas razones muy específicas, las cuales enumeramos a continuación:
– Promover la memoria de las víctimas de violaciones graves y sistemáticas de los derechos humanos y la importancia del derecho a la verdad y la justicia
– Rendir tributo a quienes han dedicado su vida a la lucha por promover y proteger los derechos humanos de todos y a quienes la han perdido en su empeño;
– Reconocer, en particular, la importante labor y los valores del salvadoreño Monseñor Óscar Arnulfo Romero, promotor y defensor de los derechos humanos en su país.
Su labor fue reconocida internacionalmente gracias a sus mensajes, en los que denunció violaciones de los derechos humanos de las poblaciones más vulnerables en el contexto de conflictos armados
Ahora bien, con respecto a la verdad que parece un concepto tan difícil de definir y tan presto, a veces, a la subjetividad, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió un comunicado el 24 de marzo de 2016 determinando que:
Mediante el derecho a la verdad, se busca la reconstrucción y reivindicación de la memoria de las miles de personas que han desaparecido, así como restaurar su dignidad, con el fin de lograr que las heridas producto de la violencia y el conflicto social vivido puedan cerrarse.
En síntesis, las víctimas y sus familias disponen de los órganos del estado para legar a la verdad y para un proceso de reparación que les corresponde por ley. Esto teniendo en cuenta a las víctimas ejecuciones sumarias, desapariciones forzadas, desapariciones, secuestro de menores o torturas y más, pues todo ser humano tiene derecho a saber cómo se produjeron los actos y quienes fueron los implicados.
