Durante décadas, dos pueblos de la isla de Tanna veneraron al duque de Edimburgo como una figura espiritual parecida a un dios. Decenas de miembros de la tribu se reunieron el pasado lunes en una ceremonia para recordar al príncipe Felipe.
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Durante las próximas semanas, los aldeanos se reunirán para llevar a cabo ritos para el duque, quien es visto como un “descendiente de un espíritu o dios muy poderoso que vive en una de sus montañas”, explica el antropólogo Kirk Huffman, que ha estudiado las tribus desde la década de 1970.
Probablemente realizarán danzas rituales, llevarán a cabo una procesión y exhibirán recuerdos del príncipe Felipe, y los hombres beberán kava, una bebida ceremonial hecha de las raíces de la planta del mismo nombre.
De acuerdo al centenario kastom o cultura y forma de vida de los aldeanos, Tanna es el origen del mundo y tiene como objetivo promover la paz, y aquí es donde el príncipe Felipe ha desempeñado un papel central.
Con el tiempo los aldeanos llegaron a creer que él era uno de ellos y que con él se cumplíala profecía que hablaba de un miembro de la tribu que “abandonó la isla, en su forma espiritual original, para encontrar una esposa poderosa en el extranjero”, dice Huffman.
Nadie sabe exactamente cómo o por qué comenzó el movimiento, aunque existen varias teorías.
Una idea, según Huffman, es que los aldeanos pueden haber visto su imagen junto con la de la reina en las paredes de los puestos coloniales británicos cuando Vanuatu todavía se conocía como Nuevas Hébridas, una colonia administrada conjuntamente por Reino Unido y Francia.
Otra interpretación es que surgió como una “reacción a la presencia colonial, una forma de reapropiarse y recuperar el poder colonial al asociarse con alguien que se sienta a la derecha del gobernante de la Mancomunidad” de Naciones, dice McGarry, apuntando a la historia colonial a veces violenta de Vanuatu.
Con información de la BBC.