En un avance científico sin precedentes que podría cambiar la historia de la medicina reproductiva, un grupo de científicos israelíes lograron hacer crecer embriones de 250 células, hasta convertirlos en fetos de ratón, con órganos completamente formados, todo con ayuda de vientres artificiales.
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Este avance se publicó a la comunidad científica por medio de la revista de divulgación ‘Nature’, bajo el título Embriogénesis de ratón ex útero desde la pre-gastrulación hasta la organogénesis tardía.
“Hemos cultivado cientos de ratones de esta manera, en un método que ha tardado siete años en desarrollarse, y todavía estoy cautivado cada vez que lo veo”, dijo el profesor Jacob Hanna, biólogo de células madre del Instituto de Ciencias Weizmann.
Hanna afirmó que su investigación hará avanzar la comprensión de la formación de órganos en los mamíferos y podría facilitar los avances médicos reproductivos, ya que permite obtener vistas sin precedentes del desarrollo del proceso, sin la necesidad de obtener imágenes del interior del útero.
“Esto podría ser relevante para otros mamíferos, incluidos los humanos, aunque reconocemos que hay cuestiones éticas relacionadas con el cultivo de humanos fuera del cuerpo”, resaltó.
Aunque los científicos llevan décadas intentando gestar mamíferos fuera del cuerpo, hasta ahora se había limitado su éxito a embriones cultivados en fase temprana desde un laboratorio pero no sobrevivían. Por ejemplo, cuando el Hospital Infantil de Filadelfia creó en 2017 un útero artificial que cultivó con éxito fetos de corderos durante más de cuatro semanas, los corderos ya tenían sus órganos al inicio del experimento. Hanna y su equipo, en cambio, iniciaron con embriones formados sólo por células madre, y observó “con asombro” cómo los órganos de los ratones crecían ante sus ojos.
“El embrión del ratón se desarrolla en muy pocos días y por ahí lo que se logre en el ratón, extrapolarlo a mamíferos mayores quizás sea mucho más difícil, seguro va a ser mucho más difícil”, expresó.
Con este avance, el equipo de científicos israelí, buscan lograr que los fetos lleguen a término y puedan nacer, por medio de los úteros artificiales, sin necesidad de ser transferidos a un ratón hembra vivo.
“La clave de nuestro éxito es que hemos desarrollado este sistema especial de incubadora en el que cada embrión está en una botella con líquido, y la botella gira para asegurar que no se adhiera a los lados. La incubadora crea todas las condiciones adecuadas para su desarrollo”, explicó.
De lograrlo, esto marcaría un desarrollo importante en las teorías de la medicina reproductiva, pues, entre otros usos, los bebés prematuros tendrían una oportunidad de terminar de desarrollarse fuera del útero, en estas incubadoras, sin poner el peligro la vida de la madre.
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