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Texas.- El departamento de Justicia anunció que un jurado federal del estado al sur de Estados Unidos; Texas, encontró responsables a dos mexicanos quienes serian integrantes de la organización criminal mexicana denominada “Cártel de Sinaloa”.
A los dos sujetos se les acusa de haber participado en operaciones delictivas, es decir, repartían los narcóticos de la banda criminal en el territorio americano.
Mario Iglesias Villegas mejor conocido como “Dos” y Arturo Shows Urquidi alias “Chous” fueron declarados culpables de una confabulación por violar la Ley de Organizaciones influenciadas por el crimen y corruptas, empleada con triunfo para someter a juicio a personas sobresalientes de la delincuencia organizada.
Asimismo, también se ha encontrado culpables a los mexicanos por adquisición de cocaína, mariguana, lavado de dinero y tenencia de armas de fuego para suscitar crímenes de tráfico de drogas.
Por su parte, a Iglesias Villegas se le atribuyen otros cinco cargos violentos vinculados con actividades ilegales, entre ellos, conspiración para asesinar en un país extranjero y un cargo de secuestro.
A través de un comunicado se dio a conocer que Iglesias fue privado de su libertad en el año 2012 y que, hasta esa fecha, fue la cabecilla de una banda de sicarios del Cártel de Sinaloa.
El mexicano “fue un participante significativo en la muerte de miles de personas en Ciudad Juárez, México, de 2008 a 2011”, aseguró la institución.
No obstante, un residente de Texas llamado Sergio Saucedo fue secuestrado y asesinado, por lo que al sujeto también se le relaciona por su colaboración de dicho acto violento.
“Los actos de violencia de Iglesias permitieron al Cártel de Sinaloa controlar el corredor de drogas de Juárez e importar cocaína y marihuana con éxito a Estados Unidos”, afirmó el DOJ.
En tanto a Urquidi, los elementos de seguridad de Estados Unidos, amonestaron que perteneció bastante tiempo al Cártel de Sinaloa, siendo éste un miembro que se encontraba bajo al mando de Ismael mejor conocido como “El mayo” Zambada.
Urquidi, un expolicía del estado de Chihuahua, cooperó con los escondites donde se descargaron miles de kilogramos de cocaína traficados en camiones cisterna en la frontera y que posteriormente se recargaron con armas y dinero que se retornó a Culiacán, estado mexicano de Sinaloa.
