Culiacán, Sin. – ¿Cómo se mide el tiempo en la tragedia? ¿Con horas, días, semanas, años? Desde el terrible accidente han transcurrido ya 16 años. Un jet Sabreliner de paquetería no pudo realizar su despegue en el Aeropuerto Internacional de Culiacán. Se presume que por el sobrepeso en su carga se despistó, lanzando su impulso hacia la carretera a Navolato.
Aquel 6 de julio de 2007, nueve personas murieron en las inmediaciones de la terminal aérea. El despiste arrolló a un vehículo particular, falleciendo tres integrantes de una familia y uno más apenas pudo sobrevivir. Además, los tres tripulantes de la aeronave perdieron la vida en el sitio, así como tres militares que montaban guardia sobre la carretera y que estaban pegados a la cerca del aeropuerto.
Eran los tiempos de Felipe Calderón, y el entonces Presidente de la República aterrizaría horas más tarde en Culiacán, en una gira que se canceló debido al terrible accidente.
Gabriela lo recuerda. A diario camina esas calles sobre la calzada Aeropuerto. Mira hacia el cenotafio y las memorias caen de golpe.
“El avión se desplomó aquí, de hecho, se vino arrastrando y pegó en eso, eso fue lo que lo detuvo, ese fierro y pues nosotras vimos que se quemaron unas personas aquí. Prácticamente el avión arrolló a las personas y las arrastró hasta acá. Eran dos ‘guachos’ que estaban parados en aquel lado, había retén desde allá hasta acá, pero a ellos sí los agarró el avión y a una familia que iba a Navolato. El carro se incendió y murieron ahí calcinados, fueron dos muchachos y una señora, el que sobrevivió supuestamente fue un señor, yo ya no he escuchado nada de él”, apuntó.
Gabriela indica que ella se encontraba en su casa cuando todo pasó y al escuchar el estruendo decidió acudir a la carretera Culiacán-Navolato para saber qué estaba pasando. “Yo me vine de allá de mi casa y todo quedó aquí porque eso lo detuvo, eso fue lo que detuvo al avión, si no hubiera estado eso yo creo que el avión se hubiera ido más allá”, señaló la testigo cuando apunta hacia una estructura de metal que se mantuvo firme en la zona.
A un costado, un taller de torno se ubica desde hace 40 años en el sitio. Su propietario, Alejandro, también recuerda fácil el terrible accidente. Las llamas abrasadoras parecen revivir bajo el calor veraniego de la capital sinaloense.
“Sí había soldados, habían quitado la cerca esa, la tumbaron, y como venía el Presidente había rondín de soldados. Estaba una Hummer al terminar la pista con unos soldados que estaban resguardando, fue cuando se vino el avión”.
Alejandro aún recuerda el estruendo que se escuchó hace 16 años frente al aeropuerto de Culiacán. “Oímos el golpe, como a cada rato chocan los carros ahí y seguí trabajando en el torno hasta que vi que estaba saliendo humo de por allá”, comentó.
Cuando vio la columna de humo que se estaba generando en el lugar del accidente, Alejandro decidió detener su trabajo e ir a investigar qué estaba pasando en realidad. “Paro la máquina y vamos viendo que se dejó venir la lumbre a todo lo que daba, pero no vimos cómo el avión vino a dar ahí a la pingüica en un fierro que tengo para lo mismo, ahí se quedó atorado”, recordó.
El lugar se convirtió en un infierno en unos segundos, estaba todo lleno de lumbre y su instinto fue salir de ahí.
“Vimos que venía un carrito de allá para acá y allá venían los soldados quemándose, se tiraron al suelo a revolcarse y fue cuando se nos vino la lumbre, no pudimos salir y nos fuimos para atrás”.
Alejandro ha visto cualquier cantidad de cosas en el sitio. Desde accidentes automotrices a las llamas vivas por el incendio de la aeronave. Pero la zona parece no advertir lo que ahí ocurrió hace 16 años. La tragedia parece haber quedado sepultada, pero algunas personas, vecinas del sector, aún lo recuerdan. El eco de la tragedia aún suena en los alrededores del aeropuerto de Culiacán.