Mazatlán, Sin.- Un intenso “fssshrrrsssh” se escucha y se capta con la mirada cuando se convierte en una nube de aire húmedo expulsada por un gigante marino. En medio del mar, emergen uno, dos y hasta tres lomos. Uno de estos tiene un “mapa” hecho a rayones que denota que se trata de una ballena macho que ha defendido el amor de una hembra.
Una lancha tipo “Zodiac” con el logo de Munba Expeditions está a las 10:28 de la mañana a 10 millas náuticas (casi 17 kilómetros) del puerto de Mazatlán. Abordo van ocho paseantes y dos tripulantes “a la caza” de las mejores imágenes de las ballenas jorobadas que arribaron al puerto.
Este día, los expedicionistas tienen suerte y pueden ver, en un recorrido de tres horas, alrededor de 15 ballenas.
¡Bienvenidas, viajeras!
Esta especie, explica Ciro Manuel López Leal, jefe de operaciones de Munba Expeditions, huye de las frías aguas de Alaska, Canadá y del Oeste de Estados Unidos, donde tiene su zona de alimentación. Luego avanza al sur en busca de las aguas cálidas (entre los 24 y 26 grados) del Pacífico mexicano, donde se queda entre diciembre y marzo para aparearse o para dar a luz a sus crías.
“Las que vienen acá están en el Pacífico Norte y vienen aquí. Podemos encontrar, ciertamente la ballena jorobada, además de es que nuestra especie favorita, es una especie bastante singular, porque tiene la distribución más larga y más grande de todas las especies migratorias que vienen aquí a México. Ballenas jorobadas, puedes ver desde Cabo, inclusive hasta Centroamérica hemos documentado estas ballenas que vemos aquí allá reproduciéndose”.
El especialista afirma que en estos avistamientos han ubicado mamíferos que arriban por primera vez, pero también a otros que vienen por segunda o tercera ocasión a Mazatlán, gracias a un programa de fotoidentificación que consiste en tomarle foto a la parte ventral o lo que le llaman aleta caudal.
“Al momento de volverse a sumergir, descubren ese patrón de pigmentación, es cuando tratamos de tomarle la foto. Nos apoyamos con software de inteligencia artificial para ir haciendo las coincidencias de ballenas en su zona de reproducción y ballenas en su zona de alimentación”.
Esta labor la realizan durante la temporada del arribo de las jorobadas a Mazatlán, que es de diciembre a marzo.
¡Abre bien los ojos!
La lancha surca el mar. Los ocupantes disfrutan de una impresionante vista cuando a toda prisa se aleja de la bahía del bello Mazatlán. Un ave divertida sigue el trayecto de la embarcación mientras vuela en círculos y en el mar una tortuga golfina se sumerge para evitar cualquier riesgo.
A las 9:00 horas, Américo, el operador de la lancha, anuncia que se ven algunas ballenas a lejos y a toda prisa hace “volar” la unidad para alcanzarlas. Ciro Manuel afirma: “ya encontramos la franja de las ballenas”, y en efecto, se aprecian tres imponentes lomos y luego sus impresionantes aletas.
El operador apaga el motor y la lancha se mece. Los paseantes y tripulantes abren bien los ojos y con vistazos por aquí y otros por allá comentan emocionados “allá están”. Los celulares, ya sea en modo foto o video, captan la majestuosidad de las ballenas.
Coquetos o temerosos, los mamíferos apenas se asoman y soplan un chorro de aire visible desde lejos, luego presumen su lomo y se despiden exhibiendo sin pudor alguno su cola. Al fondo se ve Mazatlán con su faro, su Cerro de la Nevería, sus tres islas y su desarrollo inmobiliario, pero todo “en chiquito”.
Atractivo, pero con conciencia
El jefe de operaciones de Munba Expeditions afirma que una ballena vale más viva que muerta, ya que los servicios de avistamientos de estos mamíferos en el mundo generan una derrama económica de más de 2 millones de dólares al año, de ahí la importancia del cuidado y la preservación de ellas.
Agrega que en Mazatlán existen apenas tres compañías que tienen permisos de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales para realizar estos recorridos que deben cumplir con ciertas normas tanto para la seguridad del usuario como para el cuidado y la preservación de las ballenas.
“Nosotros nunca vamos a sacrificar la tranquilidad y el bienestar de un animal, por anteponer la foto o el video que quiere el turista, entonces siempre dentro de los limites permisibles que establece la norma. Hablamos de distancia, la norma establece 60 metros de nuestra embarcación a la ballena, en caso de que nuestra embarcación sea de 10, 12 metros”.
Otra regla, dice el especialista, es no estar un tiempo mayor a los 30 minutos ni más de cuatro embarcaciones por avistamiento.
López Leal asegura que los paseos que Munba Expeditions lleva a cabo tienen como objetivo incidir de manera positiva en las personas, generar la sensibilización del cuidado al medio ambiente, pero también monitorear lo que ocurre con esta ballena.
“Al momento de estar todos los días en el mar, podemos estar documentando cómo hay esos picos de presencia, esos picos de ausencia, como todas estas fluctuaciones aquí en Mazatlán y por qué. Es necesario siempre tomar datos de variables oceanográficas, porque así pueden explicar un fenómeno de ausencia o de presencia de ballenas”.
Comenta que el arribo de la ballena jorobada, que tiene un tamaño promedio entre los 15 y 16 metros y un peso de hasta 45 toneladas, es patrimonio biocultural de Mazatlán y como tal se debe cuidar.
Un viaje increíble
Ana Marlene Herrera y su amiga inglesa Gaby estuvieron en la expedición. Una vez en tierra, la mazatleca comentó que esta es la tercera vez que su amiga extranjera visita Mazatlán y “moría” por conocer el Museo Nacional de la Ballena, porque le encanta esta especie marina.
Una amiga de Ana Marlene les recomendó Munba Expeditions y decidieron emprender el viaje con ellos.
“No sabíamos qué esperar, porque sí pensé que tal vez tres horas sea mucho tiempo, no sé cómo vaya a ser, pero confiamos completamente y creo que fue increíble la manera en que nos estaban diciendo absolutamente todo acerca de las ballenas. Fue increíble, se nota que son personas que saben lo que están haciendo 100 por ciento, simplemente la confianza y fue un viaje increíble”, expresó la joven mazatleca.
Recomendó vivir la experiencia con esta compañía, sobre todo por el aprendizaje sobre la ballena jorobada y porque la actividad la realizan de manera responsable, cuidando la preservación de la especie.
Asimismo, habló de la experiencia de la joven inglesa en este paseo.
“Dice que estaba muy emocionada porque ha estado muchas veces en Mazatlán, pero ni siquiera sabía que teníamos temporada de ballenas, entonces el hecho de ver tantas, se quedó súper emocionada, y aunque las ha visto en otros lugares, dice que aquí le pareció increíble verlas tan cerquita, entonces le encantó”.
Información esencial
* La tarifa es de $120 USD por persona.
* La edad mínima para participar en el tour de avistamiento de ballenas es de 5 años.
* El límite de peso máximo para los participantes es de 120 kilos (265 libras).
* Las mujeres embarazadas no pueden participar.
* Para garantizar una máxima visibilidad, los tours se realizan en lanchas inflables de velocidad sin instalaciones adicionales a bordo.
¿Qué incluye?
* Entrada al Museo Nacional de la Ballena y servicio de transportación.
* Guías especializados.
* Plática educativa sobre la ecología y la conservación de ballenas y delfines.
* Snacks y bebidas.
* Hidrófono abordo.
¿Qué traer?
* Ropa cómoda y fresca.
* Tus propios snacks y comidas.
* Cámara para capturar toda la experiencia.
* Toda la actitud para aprender y maravillarse.
* Mucha energía.
Para mayor información visita: https://munbaexpeditions.mX