París. La atleta paralímpica Gilda Cota sigue derribando cualquier muro que haya a su paso tras colgarse la medalla de plata en los Juegos Paralímpícos de París 2024.
Al lograr la hazaña en la modalidad de Impulso de Bala dentro del paratletismo, la yucateca hizo un registro de 7.89 metros que la ubicó en el segundo lugar de la gran final.
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A pesar de las adversidades con las cuales se ha topado en su vida la esclerosis múltiple, Cota no se pudo contener y derramó lágrimas por el histórico momento de su carrera deportiva, quizá el más glorioso para sus 33 años, que, desde hace cuatro años, le diagnosticaron este padecimiento que le provoca muchos efectos como falta de visión, debilidad en brazos, dificultad para caminar y astenia.
Previo a su viaje, Cota recibió un tratamiento de quimioterapia como parte de su proceso, aún así, se fajó y sacó las energías.
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“Fue algo maravilloso, estoy muy emocionada. Es algo que veíamos imposible, lo hice por mí, por toda la gente que está conmigo y las personas con esclerosis múltiple”, expresó.
“No ha sido fácil para mí con este padecimiento. Lo que quería es dejar huella, de ser ejemplo y que se conozca más la enfermedad, lo estamos haciendo”, agregó.
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Consciente de su enfermedad, Cota se metió de lleno en practicar impulso de bala y lanzamiento de disco. Este año logró una marca mundial que le permitió estar en la máxima justa paralímpica al tener un registro de 8.79 m.
El exitoso momento que escribió Gilda representó la medalla número 12 para la delegación azteca que ha demostrado, al igual que el resto de los participantes, la grandeza como humano y como paradeportista al luchar hasta el final sin bajar la mirada, dejando atrás los embates que la han puesto sobre la lona en su vida diaria.
