México, DF.- Quedarse fuera de la Liguilla podría representar mucho más que un fracaso para Miguel Herrera: prácticamente fulminaría la posibilidad de alargar su estadía como director técnico del América.
El vínculo del Piojo con las Águilas vence al término del actual
campeonato. Todavía no hay indicios de una posible renovación, mas está
consciente de que sería automática si da la vuelta olímpica.
“La verdad es que no. En ningún momento lo he pensado [el estatus de su
situación contractual]”, comparte, con tono serio. “Espero sentarme a
renovar con un gran logro, para poder estar tranquilo y que la directiva
tenga muchas ganas de que siga acá, pero primero hay que conseguir los
objetivos que nos trazamos cuando llegamos”.
Lista en la que disputar la fase final es un simple requisito. Más allá
de que tomó a las Águilas después de concluir el Apertura 2011 en el
penúltimo sitio, Miguel conoce perfectamente las exigencias en un club
con estirpe ganadora.
Honesto, admite que se debe “clasificar por obligación”.
“En este equipo, si no lo logras es obvio que es un fracaso rotundo,
porque con la institución que es, por la historia, el plantel que
tienes”, agrega. “La decisión [de su continuidad] ya sería de la
directiva, pero tengo claros los objetivos: la clasificación, y en este
club la exigencia es el título”.
Sobre todo si en el certamen anterior se coqueteó con la serie por el
cetro, tal como sucedió a los amarillos durante los primeros seis meses
bajo las órdenes del Piojo.
“Clasificar salva a los mediocres”, sentencia. “El torneo pasado nos
quedamos a un paso de la final y mejorar eso en éste es llegar”.
“Quiero quedarme aquí muchos años, pero los resultados son los que te dejan o quitan”.
IN