Japón.- La madrugada de este jueves se llevó a cabo el encuentro entre las selecciones de Japón y China, correspondiente a la fecha 1 del Grupo B en el Clásico Mundial de Beisbol, con sede en el Tokyo Dome. Cerca de 55 mil espectadores asistieron al inmueble para presenciar al choque entre las potencias asiáticas y sobre todo, para ver en vivo y en directo al hombre que se robó el espectáculo y artífice de la victoria por marcador de 1-8, Shohei Ohtani.
El pelotero japonés ha estado en boca de todos a lo largo de los últimos años, posicionándose como el mejor beisbolista en Grandes Ligas y como un fuera de serie gracias a su peculiar versatilidad en el terreno de juego, permitiéndose ser tanto un pitcher de élite mundial cómo a su vez un bateador temido por todos los lanzadores de la gran carpa.
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El número 16 de Japón estaba más que listo para lucirse ante su fiel afición, quienes coreaban y se unían en un grito de emoción cada que Shohei se hacía presente en el terreno de juego, una emoción que fue bien recibida por el jugador y que no los decepcionó.
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A la defensiva, Ohtani salía como el pitcher abridor para los del Sol naciente, teniendo una estelar actuación y dominando a placer a todos y cada uno de los bateadores que enfrentó. Con un accionar implacable y una velocidad envidiable, Shohei alcanzó las 100 millas en uno de sus lanzamientos y en varios más se quedó apenas a 99 millas, un festival de pitcheo que le valió para ver actividad a lo largo de 4 entradas, ponchar a 5 bateadores y sólo permitir 1 imparable.
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Mientras que, a la ofensiva no se quedó con los brazos cruzados y a la hora cero respondió con un doble productor de par de carreras que amplió la ventaja sobre el combinado Chino. Además, anotó una carrera el mismo y terminó la noche bateando de 4-2, dos carreras producidas, una anotada y dos bases por bolas.
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De esta manera, el joven nacido en Iwate, Japón, ganó su juego de debut en el Clásico Mundial de Béisbol, demostrando una vez más ser un pelotero distinto, un atleta hecho para los momentos grandes y un estelar indiscutible en la selección japonesa que espera este 2023 poder alzarse con el Campeonato del Mundo por tercera vez en su historia.
