Al momento

HISTORIA

El paso en falso que les costó el oro olímpico en Atlanta de 1996

Los 100 metros planos de los Juegos Olímpicos en 1996 y la particular historia que coronó al oro en esa edición

Atleta velocista durante Atlanta 1996
El velocista Donovan Bailey durante los Juegos Olímpicos Atlanta en 1996. | Foto: Cortesía.

Atlanta, Georgia.- Era 1996 y el atletismo olímpico se encontraba en buenas manos en cuanto a velocistas se trataba, en los años recientes, los nombres de Leroy Burrell y Carl Lewis fueron la cara del deporte, aunque ninguno disputaría la final de esos olímpicos.

Debes leer: Marion Jones: Voló sobre la pista de atletismo en Sídney 2000, pero perdió sus medallas por dopaje

En cambio, la disputa por el oro estaría plagada de errores que en más de una ocasión les costaría arrancar con la final, incluso con la eliminación de algún participante.

Pues todo llegaría a causa de un paso en falso, un simple error acabaría con el esfuerzo de cuatro años de entrenamiento para competir en los Juegos Olímpicos, tirando a la basura el mismo esfuerzo realizado a lo largo de la justa.

Ya que, en su primera intervención llegaría el error inicial, pues antes del disparo que marcaría la salida de los ochos competidores en este tramo final de 100 metros por la gloria, el británico Linford Christie, oro en Barcelona en los 90, cuatro años antes protagonizaba una salida nula al adelantarse a la señal de inicio de la carrera.

El segundo error llegaría por parte del de Trinidad, Ató Boldon, que tendría el mismo error que Christie, efectuando una salida nula.

Ahí es cuando uno esperaría que a la tercera fuera la vencida, pues no, porque de nuevo Linford Christie, el de mayor experiencia entres los ocho finalistas a sus 36 años, cometía el mismo error, quedando descalificado de la justa.

Cuando por fin pudo iniciar la carrera que coronaría a un nuevo oro olímpico en Atlanta, todo parecía muy parejo durante los primeros 50 metros, sin embargo, Donovan Bailey, a los 75 metros tomaba una ventaja de hasta 12 metros con el segundo lugar, que ya no soltaría hasta colgarse la medalla dorada al cuello, con sus 9.84 segundos, el récord mundial de ese entonces.

El namibio Frank Fredericks, quedaba segundo, realizaba 9.89 segundos, Ato Boldon sería el tercero, 9.90, ningún estadounidense quedaría en el podio, lo cual dejaba una cara de decepción en la afición local, pues era una anomalía en esta disciplina.

Lo triste de esta disputa fue el hecho de que Bailey dedicó su triunfo a su primo Keith gravemente enfermo de cáncer, pero desconocía que su primo había fallecido la noche anterior a la final y la familia se lo ocultó para no descentrarlo antes de un día soñado.

Fuente: Línea Directa

Al momento

Suscríbete a nuestro boletín

Para tener la información al momento, suscríbete a nuestro boletín en el tendrás las últimas noticias de Sinaloa, México y el mundo.