Sinaloa.– La naturaleza se manifiesta, lluvias torrenciales motivadas por ciclones y huracanes, vientos en forma de tornados, sismos de magnitudes peligrosas y ahora, una tormenta geomagnética solar, es lo que viene para el planeta Tierra.
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Alberto Hernández, especialistas en geofísica aplicada como el excoordinador del Servicio Meteorológico Nacional, integrante del Comité Científico, asesor en meteorología de la Coordinación Nacional de Protección Civil y exrepresentante Comité de Huracanes de la organización Meteorológica Mundial –WMO-, informó a través de sus redes sociales, destacó que una fuerte corriente de viento solar llegará a la magnetósfera de la Tierra.
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De acuerdo al Instituto Geográfico Nacional de España, las tormentas geomagnéticas son perturbaciones del campo magnético de la Tierra, que duran desde varias horas hasta incluso algunos días.
Su origen es externo y se producen por un aumento brusco de las partículas emitidas en las erupciones solares que alcanzan la magnetosfera, produciendo alteraciones en el campo magnético terrestre.
Las tormentas geomagnéticas tienen un carácter global, comenzando simultáneamente en todos los puntos de la Tierra.
No obstante, las amplitudes con que se observan las tormentas en distintos lugares son diferentes, siendo mayores cuánto más alta es la latitud.
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Las Auroras Boreales en el hemisferio norte y las Auroras Australes en el hemisferio sur son las manifestaciones más agradables de las tormentas geomagnéticas y se producen al interactuar las partículas solares cargadas eléctricamente con la atmósfera terrestre.
De acuerdo al National Hurricane Center -NOAA- es posible que la tormenta geomagnética de clase G1, mediante una corriente de viento solar de alta velocidad golpee el campo magnético de la Tierra este 23 de septiembre
Los efectos de las tormentas geomagnéticas:
- Por un lado, los satélites corren el riesgo de verse afectados por la acción de las partículas cargadas de energía, que pueden causar daños en su estructura o afectar a su funcionamiento.
- Esto pude afectar tanto a sistemas de posicionamiento, de navegación o satélites de comunicaciones lo que supondría importantes perjuicios y pérdidas económicas en todas las infraestructuras que dependen del funcionamiento de estos sistemas.
- Por otro lado, son muy sensibles las redes de distribución de energía eléctrica y las conducciones metálicas subterráneas en las que se pueden inducir corrientes inducidas geomagnéticamente (GICs). Este tipo de corriente puede ser muy perjudicial en las redes eléctricas provocando el recalentamiento de los transformadores de alta tensión y llegando incluso a quemarlos como ocurrió en la tormenta geomagnética del 13-03-1989 que produjo el famoso apagón de Quebec (Canadá).
- Los gasoductos y conducciones de petróleo tienden a corroerse con facilidad por efecto de las GICs, mientras que el tráfico ferroviario se puede ver dañado en sus sistemas de señalización con los consiguientes riesgos que ello conlleva.
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El riesgo humano
Las personas también se pueden ver afectadas por fuertes tormentas geomagnéticas cuando viajan en avión durante las mismas. Por este motivo, aviones en trayectos polares suelen ser desviados durante las fuertes tormentas geomagnéticas y los astronautas deben permanecer en el interior de las naves hasta que pasa el efecto de las mismas.