Mazatlán, Sin.- Un ambiente de incertidumbre vive el sector pesquero de altamar de Mazatlán de frente a lo que será una nueva temporada de capturas de camarón, ya que son diferentes los motivos que hacen creer que un porcentaje mayor año pasado de embarcaciones se quedarán amarradas en los muelles.
Jesús Omar Lizárraga Manjarrez, presidente de la Unión de Armadores del Litoral del Océano Pacífico, externó que las problemáticas del alto costo diésel marino, hasta de un doscientos por ciento, mayor al de otros países, así como las deudas que arrastran los productores con proveedores generarían deserción por parte de los empresarios.
“Con la incertidumbre también que hay del tema de certificación, pues no se sabe dónde se va a vender el producto en caso de no abrirse la certificación, es otro tema que también traemos en contra, entonces hay muchas cosas que hacen que no haya certidumbre en la actividad, entonces esperemos que las circunstancias cambien, que las circunstancias mejoren”.
El líder pesquero aseveró que pocos son los empresarios que cuentan con los recursos suficientes para hacerle mejoras a sus barcos, así como pocos tienen la certidumbre de con quienes comercializarán el camarón de exportación que no puedan enviar a Estados Unidos por el embargo que existe.
Lizárraga Manjarrez expuso que el panorama se nota complicado desde el presente mes con el arranque de trabajos de reparación de embarcaciones en los muelles del Parque Industrial Alfredo Bonfil, en donde una cantidad menor de pescadores se encuentran realizando labores de mantenimiento de la flota y por la situación, julio y agosto no tendrá un repunte considerable en estos trabajos.
“Numero de pescadores limitado, ya que pues muchas de las embarcaciones no se están preparando para la próxima temporada, todo derivado de lo que ya conocemos, de la falta de atención y solución a las diferentes problemáticas pesqueras, que tiene el sector pesquero nacional”.
Agregó que el principal factor que ha afectado en los últimos años al sector pesquero, es el costo que tiene el diésel marino, lo cual ha mermado en la operatividad de los empresarios para lograr sostener la actividad primaria, así como las fuentes de empleo.