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Retrata Delfos el caos y la locura de la sociedad actual

Acompañados por la OSSLA, presentan La Consagración de la Primavera; con ello cierra el Festival Cultural Sinaloa 2013, Una Nueva Época

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Culiacán, Sin.- Son las dos caras de
una misma moneda, la armonía y el orden por un lado y el caos y la locura
violenta por el otro, dijeron Claudia Lavista y Víctor Ruiz, codirectores de la
compañía Delfos Danza Contemporánea, al anunciar la presentación de Bolero, de Ravel, y La Consagración de la
primavera, de Stravinski, esta noche en el Teatro Pablo de Villavicencio
que lució lleno a toda su capacidad?Y en efecto.Con
este espectáculo coreográfico cerró el Festival Cultural Sinaloa 2013 Una Nueva Época, organizado por el
Gobierno del Estado, a través del Instituto Sinaloense de Cultura, con apoyo
del Consejo Nacional para la Cultural y las Artes (CONACULTA).Con
música en vivo a cargo de la Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes, dirigida
por el Mtro. Gordon Campbell, Delfos presentó para empezar el Bolero, de Maurice Ravel, una pieza
basada en las gabardinas como elementos para significar el ansia de vuelo en
una alegoría de la libertad, con una música in crescendo constante, con un
ritmo frenético, hipnótico, incesante, como la vida misma.Los
ochos bailarines (Karla Núñez, Claudia Lavista, Aura Patrón, Xitlali Piña, Omar
Carrum, Agustín Martínez, Johnny Millán, Daniel Marín, Renato González y Víctor
Manuel Ruiz, además de Roselí Arias como invitada) se despliegan sobre el
escenario batiendo las negras gabardinas con reverso a rayas, dibujando escenas
plenas de sensualidad que al final se dislocan y estallan con el fantástico
final de la pieza de Ravel.La
segunda fue La Consagración?, que
desde el inicio nos muestra una escena estática, en un escenario lleno de
muebles y cada uno de los personajes realiza una actividad. Ha como avanza la
música, se van moviendo uno a uno, y a lo largo de la pieza, hay más escenas
estáticas.La
obra recurre mucho al  teatro, más que a
la danza, pero todo es parte de la misma expresión corporal, y desde las
primeras imágenes, el caos empieza a tomar forma con la escena del sillón, que
empiezan a disputarse unos a otros, hasta que se convierte en una alegoría de
la lucha por el poder, que se va repitiendo en las escenas siguientes: Sexo,
alcohol, poder, crímenes, robo, golpes y hasta un encintado.Todo
en conjunto parece una escena de la vida moderna, una obra altamente
transgresora que impactó fuertemente en el público, por su crudeza, la
violencia y la locura de una sociedad que pierde sus valores y se ha degradado
por completo.La
fascinación de la música salvaje de Stravinski, imprime mayor crudeza a la
obra, que fue estrenada en junio pasado en el Palacio de Bellas Artes y que fue
aclamada por la crítica nacional.La
obra es una nueva versión clásica realizada por Delfos hace 15 años, basada en
el guión original de Vaslav Nijinsky, y contiene escenas con una fuerte carga
poética y muchos símbolos, sin una historia lineal a seguir,  pero sí con imágenes que dejan al espectador
flotando y lo obligan a reflexionar.AA

Fuente: Internet

Fotografía de perfil de Liz Douret

Liz Douret

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