Con banda y mariachi le cantan las mañanitas a la Virgen

Culiacán,
Sin.- Miles de fieles, la mayoría de ellos jóvenes, que inclusive peregrinaron
a pie desde sus colonias con imágenes de la Virgen de Guadalupe, se dieron cita la medianoche
del sábado en el templo de La
Lomita para cantarle las mañanitas y venerar en su día a la Virgen de Guadalupe.
Desde
primeras horas de la noche el tradicional santuario y sus alrededores se vio
abarrotado de feligreses que iniciaron una velada al son del folklore de ésta
la mayor tradición religiosa mexicana, lo mismo escuchando música de banda que
degustando los antojitos mexicanos y dulces típicos de la temporada.
Muchos de los
fieles llevaban a sus hijos vestidos de inditos, ya sea recién nacidos o niños
de alrededor de 10 años, para ofrecérselos en el primer de los casos y darle
gracias por el nacimiento, y, en el segundo de los casos, para pedirle a la
madre de Dios que los siga protegiendo y bendiciendo con una niñez feliz.
Conforme la
gente entraba al templo de la
Lomita se entonaba una y otra vez la alabanza a la Guadalupana, cantada
fervorosamente por niños, jóvenes y adultos, quienes portaban veladores,
imágenes y muchos ellos, bellos arreglos florales que traían para regalárselos
a la Virgen,
aunque les resultaba muy difícil llegar hasta el pie del altar por la
aglomeración de personas.
Poco antes
de las 12:00 de la noche dio inicio la santa misa de mañanitas oficiada por
monseñor Rosario Enríquez Morales, al son del mariachi, que durante toda la
hora acompañó los diversos cánticos eucarísticos.
En la
homilía, monseñor Rosario Enríquez pidió a la comunidad católica acudir a la
amorosa intercesión de María para lograr la paz interior en cada una de las
personas, y así propiciar  a que mejore
el clima de inseguridad que afecta a Culiacán, ciudad que dijo, fue fundada
para feliz coincidencia en 1531, el mismo año de la apariciones de la Morenita en el Tepeyac.
Durante
toda la misa no dejaron de tocar varias bandas regionales y mariachis que
fueron llevados por fieles para venerar a la Virgen de Guadalupe y pagar mandas por favores
recibidos a lo largo del año, lo que dio un permanente ambiente festivo a esta
tradicional velada religiosa, la de más arraigo en México.