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Rumbo a Brasil2016; ‘Todo por el fútbol’

Estrellas como Lionel Messi y Cristiano Ronaldo han declinado participar en los Juegos de Río, por preferir disputar la Copa América

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Ciudad de Mèxico.- El fútbol siempre fue un paria dentro del programa olímpico, pero en los
Juegos de Río de Janeiro Brasil lo ha elevado a primera categoría, a
nivel de obsesión por lograr un oro que siempre le fue esquivo.
Brasil, el país más laureado de la historia del fútbol, con cinco
mundiales, ocho Copas América y cuatro Copas Confederaciones en su
palmarés, nunca ha ganado un oro olímpico, ni en categoría masculina ni
en femenina. La selección se quedó con la miel en los labios en
tres ocasiones, las dos primeras en 1984 y 1988 y la última en Londres
2012, cuando el equipo de Neymar, entonces menor de 23 años, perdió con
México la final por 2-1 contra todo pronóstico. En Los Ángeles
1984, Francia fue el verdugo de un Brasil en el que aparecía Dunga, el
actual seleccionador brasileño, y cuatro años después en Moscú, fue la
Unión Soviética la que dejó con una plata de sabor amargo a la
Canarinha, que entonces contaba con un equipo de lujo integrado por
Romario, Bebeto, Taffarel, Jorginho o Mazinho. Todos esos
jugadores fueron titulares en el Mundial de 1994 en el que Brasil se
cosió la cuarta estrella sobre el escudo de su camiseta. En
categoría femenina, Brasil tiene dos platas (2004 y 2008), aunque este
resultado sí se equipara a su rendimiento en los mundiales, en los que
su mejor resultado fue alcanzar la final en 2007. Con el
objetivo de no volver a naufragar en casa, lo que supondría repetir el
fracaso del Mundial de 2014, aún fresco en la memoria de los brasileños,
la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) puso todo su empeño para
volver a contar con Neymar, su mayor estrella. Esta decisión ha
supuesto que Dunga se viera obligado a renunciar a convocarle a la Copa
América Centenario por exigencia del Barcelona. Dunga, que
dirige tanto la selección absoluta como la olímpica, cuenta con un buen
grupo de jóvenes menores de 23 años como Rafinha Alcántara,
centrocampista del Barcelona, y Felipe Anderson, media punta del Lazio
italiano, o el delantero Gabriel, del Santos. Los atacantes
Neymar y Douglas Costa (Bayern Múnich) y el portero Fernando Prass, de
37 años, serán los tres jugadores permitidos de edad libre. En
el equipo femenino, en el que no hay límite de edad, Brasil acudirá con
sus mejores jugadoras, entre ellas Marta, ganadora de cuatro premios de
la mejor futbolista del mundo, y Formiga, la única jugadora que ha
estado presente en todas las ediciones de los Juegos Olímpicos, desde
Atlanta 1996. Los aficionados han respondido al nivel de
exigencia que se ha autoimpuesto la selección colgando el letrero de “no
hay entradas” en todos los partidos de la Canarinha. No en
vano, el fútbol es el deporte en el que se han vendido más entradas de
los Juegos, según datos del comité organizador de Río 2016, que auguran
unos niveles de público en los partidos de fútbol sin igual en la
historia olímpica. De hecho el fútbol siempre fue considerado
como un deporte menor en los Juegos, debido al enfrentamiento entre la
FIFA y el Comité Olímpico Internacional (COI) que se remonta a los años
20 del siglo pasado. El desacuerdo entre ambos organismos por
el pago a los futbolistas llevó a la FIFA a crear el primer Mundial, en
1930, y en las décadas sucesivas prosiguió el tira y afloja por el que, a
día de hoy, los jugadores siguen sin darle excesiva importancia al
torneo olímpico. Por ello, estrellas como Lionel Messi y
Cristiano Ronaldo han declinado participar en los Juegos de Río, por
preferir disputar la Copa América, en el caso del argentino, y la
Eurocopa, del portugués. La única gran excepción es la de Neymar, que sí se toma en serio el reto olímpico por la obsesión dorada de Brasil.
Para el delantero barcelonista, la selección debe concentrarse para
librarse “del chip de las derrotas” y luchar por el oro en casa.
“Lo que pasó, pasó”, dijo Neymar. “Espero que al final de todo me
iguale a los grandes campeones olímpicos y que el equipo entero pueda
hacer historia, traer este oro tan difícil para Brasil. Es eso lo que
buscamos”. Las aspiraciones brasileñas, no obstante, también se
topan con las de su principal antagonista, Argentina, una de las
selecciones más fuertes que acuden a Río y que ganó dos oros en las tres
últimas ediciones de los Juegos. Los argentinos, seculares
rivales de Brasil, ya están calentando el clima y respondieron al
caluroso recibimiento al país proferido por el ministerio de Turismo
brasileño en Twitter advirtiendo de que sus intenciones son llevarse el
oro en el Maracaná. ARG

Fuente: Internet

Fotografía de perfil de Liz Douret

Liz Douret

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