Washington, EU.-
En un animado segundo “round” de preguntas y respuestas, el republicano de más alto rango en el comité de Justicia del Senado, Chuck Grassley, advirtió hoy al fiscal general, Eric Holder, que su departamento no podrá escapar con evasivas, ni “esconder bajo la alfombra” las verdades y evidencias que dejarán al descubierto a los responsables del operativo fallido de “Rápido y Furioso”.
“Si nuestro sistema de justicia funciona como debería, su Departamento no podrá evitar que la verdad salga a la luz. Y el Congreso no debería permitir que sus esfuerzos por descubrir la verdad se vean entorpecidos con evasivas, sólo porque los detalles podrían ser muy vergonzosos para ciertas personas en el Departamento de Justicia”, dijo Grassley.
En el inicio de la audiencia de supervisión de las actividades y programas del Departamento de Justicia, el senador republicano no dejó escapar la oportunidad de cerrar la pinza que ayer mismo comenzó a cerrar desde la Cámara de Representantes, el congresista por California, Darrel Issa, para conseguir que el Departamento de Justicia no insista en su cerrazón a la investigación paralela desde el Congreso.
“Esto no puede ocultarse bajo la alfombra”, insistió.
“Y pienso seguir con mi trabajo, con la ayuda del congresista (Darrel) Issa, (que preside el poderoso comité de supervisión gubernamental en la Cámara baja) para llegar al fondo de éste asunto y descubrir a quienes ordenaron esta operación que fracasó tan trágicamente”, dijo Grassley.
En su agresivo alegato, nada más arrancar la audiencia, Grassley acusó a Holder de intimidar a los agentes que han decidido dar un paso al frente para contar la verdad de lo ocurrido en el operativo de “Rápido y Furioso” durante más de un año, durante el cual, cientos de armas de grueso calibre habrían cruzado ilegalmente la frontera bajo un esquema de investigación denominado de “tráfico vigilado” para poner al descubierto las redes de compra de armas de los cárteles de la droga.
El tráfico de éste tipo de armamento habría causado la muerte del agente de la patrulla fronteriza, Brian Terry, en diciembre del 2010.
“Esta conducta, desde la Oficina para el Control del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) y el Departamento de Justicia es muy seria. Porque pudo haber causado la muerte de, al menos, un agente federal e incontables crímenes en Estados Unidos y México”, enfatizó.
