Lucha antidrogas y diálogo de paz, las cartas de Santos

Medellín.- El adagio popular de ?luz de la
calle y oscuridad de la casa? se le podría aplicar al presidente
colombiano Juan Manuel Santos, quien fue elegido por el diario El País de
España como el personaje del 2012 por haberse decidido a iniciar contra
viento y marea un proceso de paz con la guerrilla de las FARC.
El reconocimiento contrasta con la encuesta de Gallup del 19 de
diciembre que muestra una caida de 58 a 53 por ciento en la aprobación
de su gestión luego de que se conociera el fallo de la Corte
Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya que el 19 de noviembre le
entregó a Nicaragua 75 mil kilómetros cuadrados del mar del
archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. El fallo
adverso a un conflicto limítrofe, que fue presentado ante la CIJ por
Nicaragua hace 11 años, puso a Santos en una mala posición frente al
país en un momento en el que las grandes espectativas del mandatario
estaban centradas en las negociaciones de paz en La Habana.
Santos tiene dos cartas fuertes con las que se juega su futuro
político: el diálogo con la guerrilla y su insistencia en revisar la
lucha antidrogas en el mundo. Sabe que si el proceso de paz fracasa su
capital político con miras a una posible reelección en 2014 quedaría
arruinado. Eso, sin hablar de un rumor a voces, sobre un anhelo secreto
del mandatario de -algún día- aspirar a ser titular de las Nciones
Unidas.
La negociación con las FARC genera sentimientos encontrados entre los
colombianos al punto que si bien se aprueba la iniciativa de paz no se
tiene confianza en los resultados finales. La muestra está dada también
en la encuesta de Gallup que señala que a pesar de que 71 por ciento de
los consultados está de acuerdo con las negociaciones, un 54 no confía
en los resultados positivos.
Santos ha insistido en que sentarse a negociar con la guerrilla no es
una muestra de debilidad. ?Si el gobierno está sentado en una mesa de
conversaciones para buscar el fin del conflicto armado que hemos
padecido por casi medio siglo, es porque los colombianos, unidos en
torno a nuestra fuerza pública, nos hemos puesto de acuerdo para
rechazar la violencia y la intimidación?, aseguró en su mensaje de
Navidad.
También ha dejado claro que ese proceso será diferente a la
negociación fallida que se hizo entre 1999 y 2002 en la zona
desmilitarizada más conocida como ?el Caguán?: Cuba es la sede de los
diálogos que se realizan alejados de los medios de comunicación y se
tiene una agenda definida que de acuerdo al gobierno no puede ir más
allá del 2013.
El inicio del diálogo profundizó el distanciamiento entre el Jefe de
Estado con el ex presidente Álvaro Uribe quien impulsó la candidatura de
Santos como su sucesor. A través de Twitter, el ex mandatario ha
cuestionado duramente la política de seguridad de su sucesor por
considerarlo débil con la guerrilla.
Esta confrontación tuvo uno de sus puntos más complicados entre el
17 y el 19 de diciembre debido a la realización Foro Agrario, organizado
por la ONU y la Universidad Nacional, a instancias del gobierno y las
FARC, dado que la concentración de tierras es uno de los puntos claves
de la negociación en La Habana.
Uribe no se hizo esperar y arreció los ataques desde Twitter al
preguntar: ?Sería capaz el gobierno Santos de negociar con FARC futuro
de medios, industria, finanzas, como negocia al sector agropecuario?.
La otra jugada de Santos tiene que ver con el respaldo a la revisión
de la política antidrogas que genera escosor en algunos sectores del
país y él es conciente de eso. ?Ser el país que más ha sufrido por el
problema de las drogas y el que más éxitos ha tenido en su lucha, es lo
que nos da la autoridad moral para decir: mundo, aquí estamos, seguimos
sufriendo este flagelo y queremos que se haga una revisión?, dijo el
pasado 6 de diciembre.
Aunque insiste en que no dará su brazo a torcer en la lucha contra
los carteles del narcotráfico coincide con la Comisión Global de
Políticas de Drogas en la importancia de un enfoque preventivo, que
trate al adicto como un enfermo y que establezca penas diferenciales
para los diferentes eslabones de la cadena de la comercialización.
?Va uno al Cauca y ve a un campesino que está cultivando la marihuana
y le dice que está cometiendo un ilícito y que tiene que erradicar o se
va para la cárcel. Mientras que el gringo en Colorado está fumándose
su barillo, tranquilo. Eso es una contradicción?, dijo Santos al mostrar
las dos caras de la lucha contra las drogas.NE