Estados Unidos. Gracias a la investigación liderada por Noemí Pinilla-Alonso, del Instituto de Ciencias y Tecnologías Espaciales de Asturias (ICTEA), se ha logrado un descubrimiento crucial sobre los orígenes del hielo en el Sistema Solar. A través del Telescopio Espacial James Webb, se captó por primera vez una imagen de los hielos formados hace cinco mil millones de años, lo que ofrece una visión inédita de los primeros momentos del Sistema Solar.
Este hallazgo es parte del proyecto DisCO, que explora la distribución de hielo y polvo en los cuerpos menores del Sistema Solar.
Los resultados, publicados en la revista Nature Astronomy, revelan detalles fascinantes sobre los objetos transneptunianos, aquellos cuya órbita se encuentra más allá de Neptuno. El estudio ha mostrado cómo la diversidad de colores y reflectancia superficial de estos cuerpos remonta a su formación en los inicios del Sistema Solar.
Te puede interesar leer: En el 2025 se tendrá una alineación planetaria única; aquí los detalles
A través de este análisis, los científicos han podido observar cómo estos objetos siguen siendo modificados por el calor solar al acercarse a regiones más cálidas del Sistema Solar.
El trabajo también ha permitido clasificar estos objetos en tres grupos según las moléculas presentes, como agua, dióxido de carbono, metanol y otros compuestos orgánicos formados en los primeros instantes del Sistema Solar.
Este inventario de hielos, como una fotografía congelada, demuestra la conexión entre los cuerpos actuales y su formación primitiva.
En paralelo, un estudio de los Centauros, objetos cuya trayectoria ha sido alterada por la influencia gravitacional de Neptuno, ha revelado una mayor diversidad composicional de lo esperado.
Los Centauros muestran características singulares, como una capa de polvo que indica su transformación cuando se calientan al acercarse al Sol, lo que ha llevado a identificar una nueva clase de superficie con similitudes a la de cometas y asteroides del Sistema Solar interior.
