Estados Unidos.- La inteligencia artificial (IA) ha implicado grandes transformaciones para la sociedad actual, pues plataformas como ChatGPT y Gemini se han convertido en herramientas que “facilitan” la vida de las personas desde ciertos aspectos. Sin embargo, los ciberdelincuentes han empezado a hacer uso de esta tecnología para crear modelos engañosos y estafar a los internautas.
De acuerdo con un reporte de The Wall Street Journal, hay quienes han creado aplicaciones como BadGPT y FraudGPT, las cuales aparentemente retoman el modelo de las plataformas antes mencionadas, pero que se están usando para diseñar ataques de phishing más complejos y difíciles de distinguir.
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Estos fraudes, elaborados a través de inteligencia artificial, producen códigos y mensajes maliciosos, por lo que han recibido el nombre de Spear-phishing. Dichos correos electrónicos se caracterizan por estar personalizados para parecer más legítimos, lo que aumenta su efectividad en la suplantación de identidad y el engaño.
Según expertos, este tema representa una amenaza cada vez mayor tanto para la población general como para las grandes empresas, pues los correos falsos se hacen cada vez más difíciles de detectar y pueden evadir soluciones tradicionales de seguridad informática.
Ante esta creciente amenaza, las empresas de seguridad cibernética están intensificando sus esfuerzos para combatir los correos electrónicos de fraude generados por IA. Sin embargo, detener estos ataques no es fácil, principalmente si se tiene en cuenta que los chatbots están disponibles en internet, facilitando el acceso a los delincuentes.
Además, estos sitios se perfeccionan cada vez más, logrando generar contenido de alta calidad y malicioso, que simultáneamente se hace más difícil de detectar.
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Dada la situación, expertos recomiendan a las empresas capacitar a su personal para reconocer los signos de un correo electrónico sospechoso y fomentar una cultura de seguridad cibernética en toda la organización. Mientras tanto, a los usuarios domésticos se les sugiere e implementar prácticas de mayor desconfianza, estando atentos a mensajes extraños o que requieran descargar archivos o ingresar a enlaces.