Mazatlán, Sinaloa. – Se dice que a través del calzado se puede conocer la personalidad de un individuo, sin embargo, el oficio de bolero es uno al que quizá no se le da la importancia suficiente, a pesar de que éste puede contribuir a que las personas brinden una mejor imagen de ellas.
Juan Pablo y otros 18 compañeros llegan diariamente alrededor de las 6:30 de la mañana a la Plazuela “República” para un día de trabajo; pronto acomodan sus sillas, su herramienta, y las latas de grasa y cepillos están listos para esperar al primer cliente.
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Alfredo Sánchez, quien trabaja en la construcción, es uno de los clientes de Juan Pablo y tiene muchos años acudiendo semanalmente al banco de este bolero para darle lustre a su calzado.
Alfredo asegura le gusta andar con sus zapatos bien lustrados, porque es una cuestión de imagen.
“Soy su cliente, tengo varios años, estoy viniendo cada ocho días. Es un trabajo muy importante, es un oficio como todos, ellos dan lustre al calzado y es importante porque se va desgastando”, comentó.
¿Brillo, cosida, tapitas, qué necesita?
La espera puede ser de hasta 3:00 horas para la llegada del primer par de zapatos para darle la famosa “bola” o lustre, y la jornada laboral pasa entre el calor que se siente en el puerto y sus necesidades, en turnos de hasta 12 horas para llevar algo de dinero a casa.
Los boleros de la plazuela están de lunes a domingo, listos para resolver problemas de calzado sucio o roto, y aunque a veces el trabajo escasea y llega la incertidumbre, porque tienen que pagar su derecho a laborar en la zona, están siempre dispuestos a atender.
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A dos meses del regreso a clases, la demanda de sus servicios ha incrementado, pero lo que los mantiene fuertes es la cartera de clientes que ya tiene cada uno, y que periódicamente los visitan para darle bola a su par favorito de zapatos.
Suben los insumos
Juan Pablo comenta que no solo se trata de la ganancia que pueden llevar a casa, porque ésta siempre va de la mano con el gasto mensual en la materia prima para desarrollar su oficio.
Comenta que los últimos meses se han disparado los precios de los materiales y en promedio gasta 150 pesos al mes, pero la inversión inicial es de aproximadamente mil pesos.
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El bolero afirma que de acuerdo al trabajo es como se le cobra al cliente, y sus servicios van desde una “boleada” hasta la cosida a mano.
“Depende de cada cliente, pero se me solicitan más las grapas, cosidas a mano, boleadas, suelas corridas y todo, le hacemos a todo aquí. La cosida sale en 80 pesos, la boleada en 30 y la pintada en 80”, expuso Juan Pablo Chávez.
