Mazatlán, Sin.- Una de cada cinco personas que sufre ataques de pánico es propensa a cometer suicidio, advirtió el psiquiatra Carlos Eduardo García Espinoza, al asegurar que este trastorno hace perder el control, querer quiera salir corriendo, incluso provoca miedo a morir en ese instante.
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El especialista en salud mental dijo que, por la ansiedad acumulada, algunos pacientes piensan que es mejor morir a vivir de esa manera, y toman la decisión de quitarse la vida; y en el menor de los casos, podrían sufrir o provocar algún accidente.
“Desafortunadamente una de cada cinco que tiene trastorno de pánico puede tener la probabilidad de quererse quitar la vida, porque es tanta la ansiedad y piensa que es mejor estar muerto, que tener esta vida de una manera continua, y si no me quiero quitar la vida y quiero salir corriendo, puedo tener un accidente, si manejo puedo chocar, puedo atropellar, me pueden lastimar, entonces es un verdadero caos”.
García Espinoza dijo que este trastorno es más frecuente en mujeres, en un rango de 25 a 45 años, ya que se preocupan mucho, y lamentó que muchas veces el paciente recurre a la automedicación por una cuestión cultural o por los consejos de terceras personas.
Agregó que la ansiedad es una enfermedad que puede confundirse con una cardiopatía, pero los síntomas entre ambos males son distintos.
“Se refleja mucho en el cuerpo, ya sea que ataque parte de mi corazón, sudoración, frecuencia cardiaca, temblor en las manos, dolor de cabeza, siento que me va a dar un derrame, que me voy a paralizar, irritabilidad, inatención, andar distraídos, inquietos, todo eso conlleva la ansiedad”.
Con base en esto, mencionó que, al confundirla con otra enfermedad, no acuden con el doctor adecuado y muchas veces van con un cardiólogo, gastroenterólogo, o con el neurólogo.
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El doctor recomendó que cuando la persona tenga un ataque de pánico, mantenerla quieta, proporcionarle una bolsa de papel o plástico con la que cubra boca y nariz, y respirar lo más lento posible; una vez superado el ataque, buscar ayuda profesional y entrar en un proceso terapéutico o farmacéutico.