México.- Un día como hoy pero de 1976, uno de los narcotraficantes más sonados de Sinaloa murió en El Salado. Es Lamberto Quintero, sí el tío de Rafael Caro Quintero con quien la dinastía inició y cuyo corrido ha sido uno de los que más han perdurado pese al tiempo.
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“Un día 28 de enero,
como me hiere esa fecha,
a Don Lamberto Quintero
lo seguía una camioneta,
iba con rumbo al Salado
no más a dar una vuelta”
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La muerte de Lamberto Quintero se dio tras años de rivalidades entre integrantes de su misma familia, la cual quedó reducida a raíz de varios enfrentamientos por el poder, la tierra y como se dice entre narcotraficantes, “la plaza“, la sierra de Badiraguato, que bien sabemos luego quedó bajo el control de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
“Pasaron El Carrizal
iban tomando cerveza
su compañero le dijo:
“nos sigue una camioneta”
Lamberto sonriendo dijo
“pa’ qué son las metralletas”.
La muerte de Lamberto Quintero ocurrió hace 47 años en El Salado, Sinaloa, tras una balacera en la que también falleció “El Chito” Lafarga, uno de sus principales adversarios.
“Ya cerquita del Salado
rugieron dos R-15,
allí dejaron a un muerto
enemigo de Lamberto.
Quisieran que fuera cuento
Pero señores, es cierto.
En los hechos, Lamberto Quintero recibió varios disparos por la espalda, eran ráfagas de metralletas; la historia indica que fue trasladado a una clínica particular que se encuentra en el centro de Culiacán, donde no resistió y murió.
“Clínica Santa María
tú vas a ser mi testigo
dos días después de su muerte
vuelven a sonar los tiros
allí murieron diez hombres
por esos mismos motivos”.
Se confirmó que apenas unos días después, las rencillas entre grupos continuaron y dejaron una estela de muerte en el Centro de Culiacán, en donde la venganza por la muerte de Lamberto cobró sangre.
“Puente que va a Tierra Blanca
tú que lo viste pasar
recuérdales que a Lamberto
nunca se podrá olvidar
yo por mi parte aseguro
que hace falta en Culiacán”.
Por mucho tiempo el corrido de Lamberto Quintero fue lo único que se tuvo de referencia sobre estos hechos, ya que las autoridades mantuvieron en reserva las investigaciones.
Y sí, el 28 de enero de 1976 no se olvida, y no sólo por el corrido de Lamberto Quintero, sino por la estela de muerte e incertidumbre que privaron en la capital sinaloense por días, semanas y meses, en los que las rencillas en venganza continuaron y dejaron decenas de muertos hace ya 47 años.