Culiacán, Sinaloa.- Los choferes del transporte urbano en Sinaloa tienen más miedo de morir de hambre que del coronavirus, ya que en los últimos días ha caído en más del 80 por ciento la demanda de pasaje, lamentó Flavio Rolando Ibarra Hernández.
El secretario general del Sindicato de Choferes del Transporte Urbano de Culiacán, pidió al gobernador del Estado, Quirino Ordaz Coppel, y a los concesionarios, que ante esta emergencia de salud que vive el país los apoyen con un estímulo económico y despensas para poder alimentar a sus familias.
Comentó que ya le entregaron formalmente un escrito, y de no haber respuesta en las próximas horas, aprovecharán la visita que hará el día domingo a Badiraguato el presidente Andrés Manuel López Obrador, para entregarle a Ordaz Coppel el documento en sus manos.
En conferencia de prensa, donde se hizo acompañar por otros dirigentes y conductores, Flavio Rolando Ibarra dijo que en la entidad suman más de 10 mil personas que se dedican a la actividad del servicio del transporte público, donde se incluyen a taxistas que también han resentido una merma en sus ingresos desde que la gente no viaja y se encerró en casa.
“Así es, el coronavirus yo creo que no nos va a matar, nos va a matar el hambre, pero nosotros salimos a pedir y ojalá el gobernador nos escuche, si no, vamos a ir a Badiraguato y a entregarle personalmente el escrito (al Presidente)”, externó.
Por su parte, Rosario Javier Castro, secretario general del Sindicato en Ahome, se quejó de que en Los Mochis el trabajo está peor ya que los agremiados ganan menos de 100 pesos diarios.
“Estamos trabajando con un 30 por ciento de lo que es el pasaje, no sacamos ni lo que es el salario mínimo, entonces está difícil la situación, me gustaría invitar a los concesionarios a que nos apoyen como conductores, que se echen la responsabilidad ya que nosotros en las buenas y las malas estamos con ellos”, expresó.
También dio su opinión el conductor Juan Benito Astorga Coronel, quien habló de los porcentajes que les da de ganancia el patrón, algunos otorgan entre un 20 y 30 por ciento y con esta pandemia del COVID-19 apenas tienen un ingreso máximo 150 pesos, que no alcanzan ni para el desayuno de una persona, menos para toda la familia, cuando antes obtenían alrededor de 350 pesos en cuatro horas.
Otro problema es que la compra de cloro y jabón para limpiar el transporte la paga el chofer y no el dueño, pero la fumigada está cargo del gobierno y esa medida es acertada porque se cuidan todos.
“Nos estamos protegiendo todos, pero realmente como dicen aquí, no nos matará el coronavirus, nos matará el hambre y la sicosis que trae la gente, ya todo el que se sube lleva su mascarilla como asaltante”, se dolió.
Finalmente, reprochó que muchos permisionarios no ofrezcan ninguna prestación a los trabajadores del volante, lo triste es que llegan a viejo y no tienen ninguna pensión alimenticia o de salud, y deben pedir caridad entre sus amigos por una moneda de cinco pesos para poder llevar el sustento a su casa.
