Mazatlán, Sinaloa.- Doña Silvia se quedó esperando a su hijo Jesús Eduardo, de quien recibió un último mensaje avisándole que estaba en camino a su casa temprano, ya que al día siguiente tenían que ir a la ciudad capital para una visita médica de ella por su padecimiento de Lupus e Insuficiencia Renal Crónica.
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“Ahí voy para allá para la casa porque acuérdate que mañana vamos temprano a Culiacán”, fue el último signo de vida que Silvia Patricia González Serrano tuvo de su hijo, a quien pudo ver a los ojos temprano el día 15 de enero del 2020, fecha en la que desapareció sin dejar mayor rastro, más que sus recuerdos.
“Ya pues para mi sorpresa cuando yo regreso de Culiacán, pues ya veo que en mi casa están todos ahí en reunión y estaba la policía ahí, dije pues qué pasó, yo en el momento pensé pues se lo llevaron detenido, verdad, porque vi a la policía ahí, pero pues resulta que me comentaron que lo habían levantado y pues se me vino el mundo encima desde ese momento, los problemas de salud para mí no es nada al lado de lo que estoy sufriendo porque no tengo a mi hijo”.
Sin saber lo que le esperaría a su regreso de Culiacán, doña Silvia acudió sola a su cita médica, pero una vez de retorno en casa, al ver a su familia reunida comenzó el peregrinar en la búsqueda de su hijo, lo que le ha desencadenado más problemas de salud por la preocupación de no saber desde hace más de un año y medio de su consanguíneo.
Las autoridades, dijo la integrante del colectivo Por las Voces sin Justicia, no se han hecho cargo del caso de la desaparición aparentemente forzada de Jesús Eduardo, a quien describe como buen hijo, tranquilo, amable y amigable, además de generoso y un activo donador de sangre o plaquetas, por lo que pide que haya un mayor énfasis en la búsqueda de él y de otros jóvenes que se encuentran en situación de ausencia.
