Escuinapa, Sinaloa.- Después de contar con un historial de más de 30 años en la medicina sin ningún problema, al doctor Ricardo Omaña, ex subdirector del Hospital General de Escuinapa, le parece injusto que se esté dañando su reputación como una persona abusiva por haber buscado que su esposa recibiera una dosis de vacuna contra el COVID-19.
Motivo que incluso, ocasionó que lo cesaran de su cargo; no obstante, el doctor explicó que él en ningún momento le quitó la oportunidad de ser inoculado a alguno de los trabajadores del hospital, pues el 100 por ciento de ellos ya había recibido su segunda dosis, ya que la que utilizó era una de los 18 frascos que sobraron.
“Yo me siento bien, yo no cometí ninguna falta porque lo que se aplicó no se le quitó la dosis a ningún trabajador que era una vacuna sobrante y la indicación fue que no se desperdicie y se reponga a quien esté disponible y los que pudieron vinieron. Y entre ellos estuvo mi esposa que es un adulto mayor de 68 años”.
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Asimismo, comentó que al momento de ser cesado de su puesto, le dijeron que se abriría una carpeta de investigación para suceder realmente que pasó, sin embargo al preguntarle si quiera regresar a trabajar informó que ya no le interesa.
“No, yo ya no, ya no quiero pelear la subdirección ni nada, yo ya no quiero ser reinstalado”
¿Por qué motivo?
“Yo era subdirector, pero también sigo haciendo mi trabajo como internista en el que estoy en contacto permanente con pacientes COVID”.
Se informó también que la esposa del doctor, no solo es una persona mayor, sino que también cuenta con comorbilidades que durante el año pasado le generaron gravedad cuando se enfermó de COVID-19, al grado de estar cercana a morir.
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