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Mazatlán, Sin.- La ciudad portuaria de Mazatlán se ha convertido en uno de los destinos turísticos más importantes de México, no sólo por sus calles de piedra pórfida, que combina perfecto con las fachadas estilo neoclásico tropical del Centro Histórico, ni por la arena dorada de sus playas, sino que también el ecoturismo ha tomado gran fuerza por las bellezas naturales que existen en la localidad, tanto en la sierra como en su inmenso mar.
A poco más de tres millas náuticas, es decir, cerca de 5 kilómetros de la costa, entre los meses de diciembre a marzo, no es tan descabellado para los pescadores y quienes realizan actividades deportivas en el mar, toparse con ballenas, ya que es el periodo en el que estos cetáceos recurren a esta zona del continente para su apareamiento y labores de parto.
Aurora López Leal, ambientalista y guía de All Over Mzt, mencionó que aunque se ha documentado la presencia de otras especies de ballenas como la orca y la gris, las más comunes son las jorobadas, que viajan desde el norte de California o la costa de Canadá y de Alaska en búsqueda de aguas templadas, además estos impresionantes animales pueden llegar a verse merodeando también hasta por las costas de Oaxaca, no sólo en Sinaloa o Baja California Sur.
“Se usa también como una plataforma de divulgación para el contacto con el medio ambiente, interactuar, divertirte, los conoces y así vamos a aprender a cuidarlo, a conservarlo y buscar ese equilibrio, nosotros recibimos un beneficio, pero también es mantenerlas a salvo a ellas, la conservación”.
El avistamiento de ballenas en las costas de Mazatlán se ha convertido en una práctica además de atractiva, bastante responsable porque durante estos meses, dentro de estos recorridos se busca que las personas que tienen el acercamiento con los animales, además de llevarse la experiencia, regresen a tierra con gran conocimiento sobre ellas, por las explicaciones que dan especialistas de All Over Mzt durante el trayecto, el cual dura aproximadamente tres horas.
Los monumentales saltos, el aleteo y el sumergimiento mientras muestran su cola, se puede ver a varios metros de distancia, como parte del ritual que realizan estos animales, particularmente los machos, que buscan aparearse con las hembras y mostrar su majestuosidad a ellas, así como su fuerza para lograr ser quien la conquiste hasta consumar el acto, sin embargo, lo que para ellos es un proceso natural de reproducción, para los humanos es un espectáculo increíble e impensable que se pudiera vivir a escasos metros.
Eso sí, Aurora López Leal mencionó que es importante el respeto de la vida marina y sobre todo de la normatividad impuesta por las autoridades como la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, que establece ciertos límites para que las personas puedan acercarse a estos mamíferos marinos para no perturbarlos y sobre todo generar la conservación de la especie.
