Mazatlán, Sin.- Para la secretaria de las Mujeres de Sinaloa, María Teresa Guerra Ochoa, es una realidad que muchas personas adultas sostienen vínculo sentimental con menores de edad, y aun cuando esto es un delito, y se pueden cometer otros más como el de trata de personas, prostitución infantil o explotación sexual, muchas familias prefieren guardar silencio.
Ante la vinculación a proceso de Reynaldo “N”, un vecino de la colonia Villa Galaxia de esta ciudad, quien fue acusado del delito de trata de personas, cometida en perjuicio de su propia pareja sentimental, con quien inició una relación cuando él tenía 54 años y ella apenas 14, la titular de Semujeres dijo que ello es preocupante y más frecuente de lo que se puedan tener registros.
Debes leer: Reynaldo obligaba a su pareja a prostituirse y la grababa; está en prisión por trata de personas
Explicó que, por rebeldía de las menores de edad o diversas circunstancias, los padres prefieren no acudir a las autoridades, pese al peligro que esto pueda significar.
“Son frecuentes, pero se denuncian poco. Este tipo de casos donde hay un adulto que establece una relación con una menor, es muy frecuente. Incluso las mismas madres, como la menor se rebelan, es seducida a veces, y consiente eso la familia prefiere no denunciar. Hay mucho subregistro de los casos, pero estamos haciendo un trabajo para sensibilizar”, explicó.
Guerra Ochoa dijo que, en las ciudades turísticas, por la constante movilidad de personas es donde se pueden presentar este tipo de delitos en contra de menores de edad, por lo que se sigue buscando un trabajo más efectivo que involucre a hoteles, para que no permitan la llegada de menores de edad.
Sigue toda la información de Sinaloa en la sección especial de Línea Directa
Además, destacó que la Semujeres está impartiendo un diplomado sobre la trata de personas a funcionarios de áreas de seguridad, de la Fiscalía del estado, policías municipales y estatales, ya que hace falta mucho trabajo por hacer.
También dijo que las mismas familias deben poner más atención de sus hijas menores, orientarlas, concientizarlas y en caso de que detecten que son víctimas de un delito, que denuncien para que las autoridades correspondientes puedan actuar.
“Hay mucho trabajo por hacer con las madres y padres de familia porque a veces omiten la denuncia; porque si el adulto se aprovecha de la situación e incurre en otros delitos como venderla, prostituirla o videograbarla, deben denunciar”, finalizó.
