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Sobreviví a la furia del huracán Ismael: Miguel Novela

El pescador explica cómo logró sobrevivir a la tragedia que sufrió hace 17 años, cuando mar adentro el huracán Ismael destrozó el barco en que tripulaban

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Topolobampo, Sin.- La piel se le enchina y un escalofrío
le recorre el cuerpo al pescador Miguel Ángel Novela al recordar con tristeza
el horror que vivió hace 17 años cuando el barco Pipesco 60 y sus ocho 
tripulantes fueron embestidos en altamar por la furia del huracán Ismael, salvándose
milagrosamente pero no todos los pescadores corrieron la misma suerte, 
muchos perdieron la vida.
El hombre de mar y cocinero de esta embarcación partió de
Topolobampo a Mazatlán junto con sus compañeros, sabían de la presencia del huracán
Ismael, pero no sabían que lo tenían encima hasta que por el viejo radio,
capitanía de puerto les informó que regresaran pero no alcanzaron a llegar, el
fenómeno meteorológico estaba estacionado y de repente se les dejó venir.
El mar estaba enfurecido, las olas eran altísimas, 
trataban de neutralizarlas pero no podían, se dejaban venir tres demasiado
grandes y luego venía la calma; cuando tuvieron conocimiento de que muchos
barcos se estaban hundiendo, los directivos de la cooperativa les ordenaron se
tiraran a matar rumbo a la orilla, que procuraran salvarse, al fin y al cabo la
embarcación estaba asegurada, pero ir a la orilla nunca fue una buena decisión
porque ahí la situación empeoró:
 ?Y conforme nos fuimos arrimando a la orilla
llegamos a un banco de arena y en el banco de arena al levantarlo la ola él se
clavó en la arena y la máquina y nos llegó otra ola por la popa y se nos
metió?.
??decidimos aventarnos al agua, nos aventamos al agua y
yo le gritaba a la gente porque los tangones entraban como cuchillo y ellos
nadando, ábranse nos van a matar los tangones, ábranse, fiiiiiuuu zumbaban los
tangones con la marejada del viento, nos tiramos a matar y no supimos, cada
quien a duras penas, con lo que Dios le diera?, precisó.
Las bollas con lo fuerte de las olas los golpeaban,
parecía que a él y a sus compañeros los chicoteaban, se les abrieron las cejas,
la nariz, no sabe cuánto tiempo pasaron así, sólo sabe que cayeron al agua las
cuatro de la tarde y calcula que salieron de la misma hasta las dos de la
mañana aproximadamente
De repente yo sentí como que me zambullí y tenté plano,
les dije yo: plebes, plebes, estamos tocando tierra y me volví a zambullir,
agarrar un puño de arena para enseñársela para darles ánimo porque ya muchos no
hablaban y yo les gritaba, con la intención de que me contestaran que iban
todavía con nosotros, cuando salí con la arena ya no había dos se habían ido en
un salvavidas, el salvavidas estaba mocho en dos?, dijo.
Ya en tierra salieron desesperados, cavaron en la arena y
se enterraron porque era tan fuerte el viento y las olas que parecían
escopetazos, latigazos, ahí permanecieron hasta que la tempestad amainó.
Caminaron por la playa, no sabían dónde se encontraban,
miraron un faro y al ir rumbo a él recogían el pescado, los pedazos de manzana
y todo lo que les representara comida porque no sabían cuánto tiempo
permanecerían ahí, su sorpresa fue que no era un faro sino el barco Propemex 39
que estaba varado, sus tripulantes estaban bien, los ayudaron y les dieron
comida y ropa y con la poca corriente que tenía el barco lograron avisar que se
encontraban bien, posteriormente los encontraron los soldados y les dijeron que
los recogería un helicóptero, salieron a tierra por La Risión, un lugar ubicado
cerca de Las Glorias, Guasave, afortunadamente todos se salvaron,
posteriormente se enteraron que los dos compañeros de tripulación que creían
muertos se habían logrado salvar y es así como ahora don Miguel Ángel puede
contar como milagrosamente salvó su vida.
 ?Muy traumático, no se lo deseo a nadie queda uno
como dicen tocado porque cuando ya cuando empiezan los vientos que se empieza a
poner feo, y está uno a que horas nos iremos a meter, no nos iremos a meter y
está uno con la duda, con la carcoma, nosotros creíamos que no íbamos a
librarla, un milagro, valorar más la vida, mucho?, enfatizó.
El pescador señala que afortunadamente a partir de esta
tragedia las cosas han cambiado, al salir a la mar van más protegidos, ya que
antes no tenían ni salvavidas, si acaso uno y tuvieron que utilizar boyas para
ello, por lo menos se mejoró el equipo de comunicación y Capitanía de Puerto
obliga a que cada tripulante traiga un chaleco salvavidas en su camarote.WM
 

Fuente: Internet

Fotografía de perfil de Liz Douret

Liz Douret

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