Culiacán, Sinaloa.- Con la esperanza de ver, saludar, abrazar y hacerle alguna petición al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cientos de personas abarrotan la explanada de Palacio de Gobierno en la ciudad de Culiacán.
Desde las 14:00 horas llegaron en camiones, vehículos particulares y hasta caminando para ser testigos del lanzamiento de los programas integrales por el presidente de la Nación.
La mayoría eran adultos que pronto serán integrados al Programa 68 y Más, otra minoría conformada por discapacitados y jóvenes que ya dicen sentir los beneficios de la cuarta transformación que ofreció en su momento en campaña el candidato del partido de Morena.
Para proteger y dar comodidad a estos invitados especiales se habilitó la plancha de la explanada con vallas y sillas, sin embargo; la convocatoria rebasó a los organizadores y fue insuficiente el espacio, además mucha gente se metió para estar en el pasillo central por donde pasó López Obrador.
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A pesar de la edad avanzada y las enfermedades que a algunos abuelos padecen aguantaban pacientes, pero otros, se retiraron antes de que cayera la noche al ver que no llegaba el presidente de la República.
Don Pedro Aguirre, oriundo de Badiraguato, pero que llegó a vivir a Culiacán luego de ser desplazado por la violencia en la sierra, manifestó su total confianza para que el nuevo presidente cumpla sus compromisos de campaña.
“Pedirle a lo que afecta más aquí a la comunidad, por ejemplo la corrupción, crimen organizado, la pobreza y los hospitales que están muy abandonados”, expuso.
El evento estaba programado para las 17:30 horas, pero AMLO llegó casi una hora después procedente de Mazatlán, donde junto con el gobernador del Estado, Quirino Ordaz Coppel, cumplieron una agenda muy apretada relacionada con el turismo y la agricultura en los municipios de Rosario y Escuinapa.
Los gritos, las porras y chiflidos se multiplicaron cuando se anunció la presencia de Andrés Manuel López Obrador, para ello, se diseñó un pasillo protegido con barras metálicas para facilitar su arribo al templete.
Con paso lento avanzaba y la gente lo saludaba, abrazaba, se tomaba la foto, le entregaban por montones recados y carpetas con la esperanza de tener pronto una respuesta a sus inquietudes.
Por fin llegó el momento del mensaje presidencial, para entonces ya habían pasado cuatro horas de angustia para muchas personas que ya desesperadas querían ir al baño, pero lamentablemente era imposible por la cantidad de gente que no se quería mover ni un centímetro de su lugar hasta no terminar el evento y acercarse al presidente para estrechar su mano.
Doña Luisa de la Rosa dijo no tener palabras para describirlo, pero si lo tuviera enfrente le pidiera ayuda para construir su casa que se le está derrumbando.
“Pues que me ayudara un poquito, yo soy familia muy pobre oiga, mi casa se me está cayendo, y el presidente es muy bueno”, comentó.
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Luego de la entrega simbólica de las tarjetas de Bienestar, en su discurso frente a miles de ciudadanos que se dieron cita en Palacio de Gobierno, el mandatario nacional le reiteró a los sinaloenses que no les va a fallar y cada vez más se va a sentir el cambio por el cual votaron.
“Vengo a decirles que no les voy a fallar y les voy a cumplir a los sinaloenses, porque amor con amor se paga”, prometió.
Al final de su discurso, que por cierto duro 35 minutos, anunció que regresará a Sinaloa en 15 días para visitar Mazatlán, Badiraguato y el municipio de Tamazula, Durango, para revisar los avances de los programas sociales y las obras carreteras.
Al final, López Obrador se fue como llegó, entre porras, abrazos, besos, fotografías y un cerro de papeles que requieren una repuesta rápida.
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