Culiacán, Sin. – Hace apenas unos días, Sinaloa disfrutaba de un clima apacible, con mañanas frescas y tardes templadas. Sin embargo, el sábado 13 de abril trajo consigo un cambio drástico. Las temperaturas se dispararon, oscilando entre los 34 y 37 grados Celsius, con una sensación térmica que superó los 40 grados.
En el corazón de Culiacán, el sol del mediodía desató una ola de calor que envolvió a quienes se aventuraron fuera de sus hogares. Con el termómetro en ascenso, la vida en el centro de la ciudad adoptó un ritmo lento y sofocante.
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Los transeúntes se movían con paso pesado, algunos portando sombrillas improvisadas para protegerse del inclemente sol, mientras que otros buscaban refugio bajo los escasos árboles que bordean las aceras. Sin embargo, el viento caliente apenas ofrece alivio, pareciendo más bien traer consigo el calor del asfalto y el concreto.
La sed se volvió una urgencia palpable en medio de este ambiente agobiante. La gente buscaba desesperadamente algo que calmara su necesidad de refrescarse. Los vendedores ambulantes de bebidas frescas se convirtieron en oasis en medio del desierto urbano, ofreciendo aguas de frutas, limonadas heladas y refrescos bien fríos.
Algunos preferían optar por un helado, buscando alivio en la dulzura congelada que se derretía rápidamente bajo el sol ardiente. Otros, más prácticos, se conformaban con un vaso de agua helada, que se deslizaba por sus gargantas secas como un bálsamo reparador.
Los gestos de incomodidad eran evidentes en cada rostro sudoroso. Se veían manos deslizándose por las frentes empapadas en un intento inútil de combatir el calor, y sombreros que se ajustaban con más firmeza sobre las cabezas en busca de sombra adicional.
En las plazas y parques, las bancas a la sombra se volvieron codiciados refugios para aquellos que buscaban un respiro del sol implacable.
En las tiendas, el aire acondicionado se convirtió en un imán atractivo que atraía a los sedientos y cansados transeúntes. Se veían rostros aliviados al entrar en el frescor artificial, mientras que el zumbido constante de los ventiladores proporcionaba un fondo sonoro reconfortante.
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A pesar de la implacable naturaleza del calor, la vida continuaba su curso en las calles del centro de Culiacán. Con creatividad, la gente buscaba formas de sobrellevar las altas temperaturas, encontrando pequeños momentos de alivio en medio de la realidad urbana sofocante. Sin embargo, la comunidad estaba consciente de que esta situación apenas estaba comenzando.
Pero eso no es todo. En medio de esta primera ola de calor, se espera que las temperaturas máximas alcancen entre los 40 y 45 grados centígrados, acompañadas de vientos intensos.
Desde las primeras horas del día, el sol brillaba con fuerza en el cielo, y aunque la mañana comenzó fresca, hacia el mediodía el calor se volvía insoportable para muchos, obligándolos a encender los aires acondicionados en un intento por refrescarse.
Esta situación no es de Sinaloa, ya que esta ola de calor afecta a diversas partes del país. De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional, se prevé que esta situación se prolongue durante varios días. La circulación anticiclónica en los niveles medios de la atmósfera, acompañada de una baja humedad, era la principal causa de este fenómeno.
