Guasave, Sin.- A Saida Patricia sus familiares le habían advertido que no volviera con su expareja, después de la primera vez que la sometió a golpes, así lo expresó su hermana Aradia, quien muy consternada por la pérdida, pide a las autoridades que se haga justicia y den con él o los responsables de su muerte.
Recordó que aquella vez, fueron por ella al Mezquitón, donde vivía con el presunto feminicida, y le suplicaron: ¡No vuelvas!, pero ella no les hizo caso, volvió y ahora las cosas ya no tienen remedio, sólo les queda pedir que no quede impune.
“Ya se lo habíamos advertido, él ya la había golpeado una vez, yo fui y la recogí, y pues… a ella se lo dijimos: ¡no vuelvas! y volvió ¿Para qué?, para que pasara esto, cuando ya no había remedio. Que se haga justicia, nada más, es todo lo que yo pido, que no quede impune”, exigió.
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La pérdida de la vida de una mujer retumba, pero cuándo es tu sangre, pega aún más. Aradia, pide a las mujeres y a la sociedad que no se normalice la violencia, que no se deje pasar ni un acto de agravio físico o verbal, que a la primera corran a pedir ayuda y a demandar, porque nadie está exenta y quizá, como tristemente el caso de su hermana, quedó en el intento de hacer algo.
“Lo único que yo les puedo decir que como mujeres no nos dejemos que seamos maltratadas, a la primera hay que correr, a la primera hay que demandar, a la primera hay que pedir ayuda, no esperar primera, segunda, tercera ni cuarta, porque no se sabe si en la segunda o en la tercera ahí quedemos”, exhortó.
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En la comunidad de El Cubilete es donde los restos de Saida fueron velados por amigos y familiares, ahí, en medio de tres arreglos florales, sólo se respiraba dolor, consternación e impotencia; su hijo, José de 21 años, quien luchó y la buscó durante 11 días, ahora enfrenta el duelo por haber perdido a su madre.
Para los familiares de Saida Patricia, de 42 años de edad, se les quiebra el corazón tener que decir, que hoy ella es parte de las estadísticas de los feminicidios en el municipio, en el estado y en el país, por lo que exigen en una sola voz justicia por ella.
