Se contradice Manuel Patrón Montalvo

?Culiacán, Sin.-
La onda gélida que azotó en Sinaloa durante los primeros días del mes de
febrero no sólo afectó al campo sinaloense, sino que también desconectó la
lengua del cerebro de uno que otro, quien como dice una cosa, dice otra.
Tal es el caso del diputado local independiente Jesús Manuel
Patrón Montalvo, quien en una de las primeras reuniones que tuvo con parte de
los afectados culpó a los medios de comunicación de hacer ver una situación
catastrófica.
 ?Tenemos que
levantarnos e irnos contra la adversidad que nos han sembrado los medios de
comunicación de que estamos perdidos y que es una totalidad de desastre en
Sinaloa, tenemos que decirles que no?, mencionó.
Sin embargo, al paso de los días y en reunión con diputados
federales, Patrón Montalvo cambió el discurso.
?Estamos hablando de un problema de gran envergadura, en donde
de 740 mil hectáreas 600 mil fueron pérdidas totales, 90 mil tienen pérdidas
parciales y el resto que se mantuvieron en pie, cada día en la realidad de los
productores les demuestran que vamos a enfrentar una gran pérdida?, dijo en esa
ocasión.
Cabe destacar que cuando se le cuestionaba sobre los apoyos
del Gobierno Federal, el presidente de la Comisión de Asuntos Agropecuarios se mostraba de
acuerdo con ellos, asegurando que no estaban pidiendo nada regalado.
 ?No se trata de que
no se les cobre a los productores. La gente quiere escuchar en qué consiste ese
apoyo y sobretodo que sea general?, refirió en entrevista.
Pero una vez más, al paso del tiempo se contradijo, y quien
es considerado por algunos como el mayor acopiador de granos del estado, exigió
con la voz muy en alto.
 ?De lo que sí estamos
seguros es que es una injusticia que de la gente que trabaja y de la gente que
vive del campo se quiera condenar la recuperación de toda esta gran pérdida?,
manifestó durante un discurso.
Sin duda, palabras, discursos y declaraciones pueden ir y
venir, pero lo cierto es que en el campo, los productores y jornaleros
continúan a la espera de apoyos reales, no esos que poco a poco los endeudarán
por el resto de su vida, sin importar si los consiguió.