Los Mochis, Sin.– La celebración de Semana Santa se intensifica entre la comunidad mayo-yoreme, en el norte de Sinaloa y sur de Sonora, a partir del “miércoles de tinieblas”, fecha que representa el momento en el que Jesús fue traicionado por Judas Iscariote e inicia su búsqueda por parte de los soldados judíos.
De acuerdo a la tradición, el ritual inicia en la iglesia, que es adornada al exterior con flores de colores y en la que se colocan ramas de álamo en la entrada, para hacer alusión a las huellas o pistas de la ubicación de Jesús.
Además, el interior del templo se viste con papeles de colores y, en algunos sitios, se encienden 12 o 14 velas que representan “la luz del cielo”, las cuales se van apagando conforme se realicen los rezos, hasta extinguirse en su totalidad y dar inicio al “Miércoles de Tinieblas”, justo antes de medianoche.
En ese punto, los judíos ingresan a la iglesia liderados por Pilatos, quien lleva una corona dorada en su cabeza, en búsqueda de la imagen de Jesús, que está cubierta de ramas de álamo, mientras que los “chicoteros” se mantienen atentos para que las personas presentes en la escenificación del encierro de la imagen, no interfieran con la “aprehensión”.
Ya con la imagen de Jesús en su poder, los judíos salen de la iglesia y la colocan en una especie de “celda” hechiza, a la que se acercan los creyentes para tocarla. En medio de este ritual, los acompañan el maestro rezador, las cantadoras y un músico.
Durante la captura y aprehensión de la imagen de Jesús, los judíos celebran bailando y corriendo.
“No es que se festeje, pero está relacionado a la traición de Judas a Jesús, que es cuando lo entrega a cambio de monedas, es cuando ya van y lo aprehenden los soldados y los judíos. Y el jueves en la corrida de la tumba de cruces y en San Miguel, es donde más participan judíos en el Miércoles de Tinieblas”, dijo Enrique Pacheco Luna, un joven que año con año vive la tradición de judío, a Línea Directa.
Y, el Jueves Santo, a las 7:00 de la mañana sale Pilatos de la iglesia en búsqueda de las cruces que las personas colocan en sus casas cubiertas con hojas de álamo, ahí, los judíos corren “gloria” formando dos semicírculos que giran en sentidos contrarios, posteriormente, descubren las cruces y las tumban. Casa por casa repiten esta dinámica, donde son recibidos con comida, bebidas y música.
Este recorrido termina alrededor de las 5:00 de la tarde, en la iglesia, en el caso de San Miguel, en el templo viejo. De este lugar salen las imágenes de María, María Magdalena y Jesús, que son cargados por el maestro rezador y las cantadoras, cubiertos de un hábito púrpura y, además, cargando su cruz, santifican la comunidad con banderas y el bastón de mando.
Y, de nuevo, en medio del sonido de ayales, tambores y tenábaris, es como concluye el Jueves Santo.
