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Los Mochis, Sin.- Para Rosario Emiliano Manzanares, un adolescente de Mochicahui, El Fuerte, portar el ajuar de judío es todo un honor, especialmente porque él se cubre con piezas heredadas por sus abuelos y padre.
A pesar de que la tradición para el Sábado de Gloria implica la quema de máscaras o algún elemento de la vestidura de judío, a Rosario le dolió desprenderse de algunas de las piezas y decidió que las guardará para participar en los contis el año que viene.
Muy orgullo de ser partícipe de una de las tradiciones más vistosas del norte de Sinaloa, el jovencito narra con orgullo a Línea Directa en qué consiste su indumentaria y el gran valor sentimental que tienen para él.
“No quemo mis cosas, las uso para el año que entra. Esta carrillera tiene 6 años, mi papá me la regaló y por eso no la voy quemar, es una reliquia para mí”.
“Todo mi ajuar era de mi familia, éstos eran de mis tatas, estos tenábaris, la carrillera es de mi papá, los paños los compré ahorita; pero, todo esto era de mi papá y de mis abuelos”, dijo presumiendo el jovencito de Mochicahui.
Rosario conoce el significado de cada uno de los ritos y símbolos yoreme. Y, reconoce que, ahora, él tiene el compromiso familiar de conservarlos y participar año con año para que la tradición no se pierda.
Así como él, muchos niños y jovencitos, tras dos años de dificultades para la organización de las fiestas tradicionales mayo-yoremes, participaron este 2022 con singular alegría porque, para ellos, estas fiestas son una gran herencia familiar que materializan en “reliquias” que conforman su ajuar de judío.
