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Guasave, Sin.- Sentada ahí, frente al ataúd de Adriana, Gabina llora y se lamenta que no pudo hacer nada por salvarle la vida a su hija, relata en exclusiva para Línea Directa cómo ocurrieron los hechos, la forma en la que asesinaron a su hija para arrancarle de los brazos a Alison, la bebé de 44 días de nacida que fue robada en Sonora.
Y es que a la comunidad de Abelardo L. Rodríguez, alrededor de las 16:00 horas, en pleno Día de las Madres, regresó Gabina tras 18 años de haberse ido a radicar a la ciudad de Nogales, Sonora, lamentablemente llegó con su hija en un ataúd.
El llanto es inevitable, accede a platicar, pero “poquito”, dice, mientras narra el trago amargo por el que están pasando. A ella le dieron una limonada e inmediatamente sintió que se dormía, una de las mujeres, Hiris, se ofreció a darle masaje en las piernas, pero solo recuerda el lado derecho, para entonces ya se había dormido.
“Cuando yo desperté era porque mi hija me gritaba, yo sentí que me agarraron la cara y me taparon, ya no pude hacer nada por mi hija, realmente no pude ayudar a mi hija; recibimos a la princesa (Alison), desgraciadamente no le podemos regresar la vida a mi hija. Dios me quitó una, pero me dejó tres”.
En pleno Día de las Madres
“Eso es lo más triste, me la traigo en un ataúd desgraciadamente”, expresó desconsolada.
Gabina salió de Guasave hace 18 años, se fue a trabajar en la maquila, hace poco más de un año que enfermó de su rodilla y eso provocó que Adriana, su única hija mujer, se fuera a vivir con ella para atenderla, recientemente fue operada de su articulación, por eso Adriana, la joven de 33 años asesinada en Nogales para arrebatarle a su bebé de 44 días, se quedó, pero prefirió enviar de regreso a sus dos hijas mayores a Sinaloa, con su abuela.
Después de cuatro días de fallecida llegó la carrosa a su comunidad de origen, la familia ya la esperaba, pues su madre se comunicó con ellos vía teléfono desde que pasaron los hechos, cuando la agonía por el robo de la bebé les apretaba el alma.
Por eso Gabina se refiere a Hiris Yazmín y a Vanessa como las mujeres desgraciadas o “méndigas viejas”, para quienes pide la pena máxima.
“Yo ya identifiqué también a las méndigas viejas y pues hasta ahorita estoy un poquito tranquila, pero es un momento muy amargo y muy difícil, espero que paguen y que les den, no sé ni cómo decirle, exactamente que no las suelten porque son un peligro para la humanidad que anden sueltas, yo pido la pena máxima para ellas, que es un peligro que anden ellas afuera”, exigió.
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Adriana fue sepultada la tarde de este miércoles en el panteón de El Palotal, ahí por un ladito de su abuelo, jamás Gabina y su madre pensaron enterrarla, pero les tocó llorarla en pleno Día de las Madres.