Pobreza, no respeta nombres ni edades

Los Mochis, Sin.- La pobreza no tiene nombre ni apellido, porque llega y se queda en muchas familias que se ven en la necesidad de salir a la calle a pedir ayuda para subsistir y esta problemática se agudiza cuando ?los pobres? son personas que ya alcanzaron la mayoría de edad y que rebasan los 75 años.Es el caso de don Irenio Félix Ayala, quien llegó a Los Mochis desde la comunidad de Mezquite Alto, Sinaloa de Leyva, a pedir trabajo. Salió de su lugar de origen por lo mismo: no tenía una fuente de empleo e intentó buscar suerte en la ciudad, pero, para sorpresa no le dan empleo por su avanzada edad.Don Irenio y su esposa duermen en la calle, muy cerca del hospital ginecopediátrico del IMSS de Los Mochis, porque no tienen donde quedarse.Los jóvenes de la tercera edad deambulan por las calles pidiendo la ayuda de la ciudadanía y su precaria situación los obligó a solicitar el auxilio de algunas instituciones de beneficencia pública o del Ayuntamiento de Ahome para que se les asigne un lugar donde dormirAsí nos narra su vida don Irenio Félix.?Necesito una ayuda. No puedo trabajar yo en el campo, me presento en los campos y no me quieren dar chamba. Nomás me miran los jefes, me dicen, usted no puede trabajar aquí, váyase a pedir ayuda. Ella no puede trabajar tampoco, anda enferma, sí trabajaba antes, ahora anda enferma. Me vine de Mezquite Alto a buscar chamba y nadie me quiere dar chamba?, dijo.Para comer, lo hacen en la iglesia de Nuestro Señor San José, que desde hace algún tiempo se encarga de alimentar a los  indigentes.Y mientras les llega la ayuda, don Irenio y su esposa caminan por las calles de Los Mochis cargando bolsas y un costal de ixtle con sus pocas pertenencias, mientras que en su cabeza también cargan la preocupación y la zozobra por no saber cómo y dónde van a dormir y si su pobreza tendrá fin algún día.