Sinaloa.- Dicen que el que quiere, puede, y no existen obstáculos ni circunstancias que los limiten a alcanzar su cometido. Ezequiel Valdés, un mochitense que de las “tochis” logró dar a su familia alimento, vestido y educación, hoy ve el producto de su esfuerzo.
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Primero fue vendedor de empanadas, después vendió raspados, le entró de “chalán” como yesero, y hoy en día, la venta de frutas es lo suyo.
Ya son 25 años ofreciendo piña, jícama, mango, pepino, coco, con su respectivo chilito y limón; la facilidad que le da desplazar su carreta a todos lados le ayuda a tener varios puntos y tiene su clientela bien establecida.
Ezequiel es uno de los muchos comerciantes ambulantes que viven el día a día y para quienes el descanso no existe; la prioridad es su familia y dar a sus hijos salud, alimento y educación, esa que hoy en día le da también la satisfacción de tener a tres hijos graduados.
Sin embargo, el mochitense de 52 años reconoce que el sacrificio ha sido grande; hacerse de clientela no fue fácil, tampoco lidiar con el clima que en muchas ocasiones lo llevó a regresar a casa sin ganancia en los bolsillos.
Pero el desánimo no es para quien tiene por quién vivir, así que a las horas o al día siguiente emprender camino siempre será la mejor opción, ¡jamás rendirse!
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Línea Directa habló con Ezequiel, quien sin dejar de preparar su especial de frutas, nos contó de los retos, esfuerzos y el orgullo que siente de poder ser el proveedor de su familia, ejemplo de sus hijos y el consentido de sus clientes.
“Mis hijos estaban chiquillos, y gracias a Dios ahorita son licenciados, estoy muy orgulloso de ellos y de mi trabajo, porque gracias a esto he podido sacarlos adelante”.
Ezequiel considera que todo trabajo tiene sacrificios y que la clave de su éxito fue el no desanimarse.
A pesar de llevar tantos años como frutero, Ezequiel se enorgullece de haber aprendido otros oficios con el objetivo de obtener mayores ingresos para cubrir eficientemente sus necesidades y las de su familia.
“Pues claro, también aprendí el trabajo de yeso y construcción, soy yesero, hago mis tochitas”.
Al igual que Ezequiel, son muchas las personas que salen a diario a las calles a ofrecer productos y servicios, quizá en la informalidad, pero siempre con la meta puesta en ganar de manera lícita el sustento de sus familias.
¿Qué son las “tochis”?
Por si no lo sabías, las “tochis” son los “caiditos”, es decir, los trabajos casuales extras a la labor habitual, en el norte de Sinaloa el término es ampliamente utilizado por los trabajadores que dedican horas del día a realizar labores eventuales, extra a su trabajo oficial.
