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Guasave, Sin.- A la muerte de su hermano le sobrevino su segunda oportunidad de vida. Trece días después de haberlo sepultado, sintió que el mundo se le venía encima y la vida se le iba de las manos cuando vio su positivo a COVID-19, el de sus hijos y de su esposa.
Tomás es un sobreviviente de la pandemia por COVID-19, apenas el año pasado sepultó a su familiar, víctima de la variante Delta que le arrancó la vida, inmediatamente después le sobrevino su contagio, fue difícil tener que dejar a su familia a la deriva sabiendo que estaban todos enfermos, pero una crisis lo llevó al hospital, donde permaneció por poco más de un mes; es él mismo que ahogado por el llanto, relata su historia, esa de triunfo que hoy cuenta pero que no quisiera que nadie más la viviera.
“Es muy difícil irte a un hospital y dejarlos a ellos a la deriva, llegó un momento en que tuve una crisis, duré un mes siete días en el hospital, cuando recobré el conocimiento pregunté qué día era, de qué mes y qué hora, algo muy difícil, llegué pesando 114 kilos y me regresé con 80, no podía caminar, usaba pañales, haz de cuenta que volví a nacer, es muy difícil, luego las medicinas… (pausa, llanto), le agradezco porque gente como la señora Adriana es la que ocupamos aquí nosotros”, expresó.
Tomás de Jesús es parte de los Testimonios COVID-19 que se transmitieron esta semana por parte del Ayuntamiento de Guasave, historias que dimensionan los terribles efectos de la pandemia, con la muerte de familiares y amigos cercanos, el impacto emocional y profesional de los trabajadores de la Salud, el esfuerzo de quienes se solidarizaron con los enfermos, la historia de quienes sobrevivieron, los comercios que fueron sacudidos por la crisis.
A Tomás de Jesús, la vida o Dios, le ha dado una nueva oportunidad, por eso quiso salir a pedir a quienes han relajado las medidas, que no bajen la guardia ni se quiten el cubrebocas.